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El peor regalo de cumpleaños de Meghan Markle

  • 06 agosto 2018 /

La media hermana de la duquesa de Sussex no quiso dejar escapar la oportunidad de enviarle unos cuantos mensajes amargos vía Twitter como regalo por su 37 cumpleaños, celebrados este sábado 04 de agosto.

Inglaterra.

La flamante duquesa de Sussex no ha podido celebrar su 37 cumpleaños sin que su familia le arruinara la ocasión haciendo de las suyas.

Si en las últimas semanas había sido su padre, Thomas Markle, quien se había encargado de provocarle más de un dolor de cabeza con sus entrevistas a los tabloides británicos, en las que se quejaba de la manera en que había sido dado de lado por su hija debido a sus 'indiscreciones', ahora ha sido su media hermana Samantha quien le ha dado un nuevo disgusto.

El viernes, un día antes del cumpleaños de la esposa del príncipe Harry, Samantha echó mano de su perfil personal de Twitter -privada para el público, pero a la que ha tenido acceso el Daily Mail- para enviarle una felicitación envenenada en la que apoyaba los reproches de su progenitor tal y como ha venido haciendo desde que Meghan se sumara a la familia real británica.

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'Feliz cumpleaños, Meg. Sería encantador por tu parte y muy apropiado que le enviaras una tarjeta de cumpleaños ATRASADA a PAPÁ por el 18 de julio [su propio cumpleaños]', rezaba el mensaje, dirigido a la cuenta oficial del palacio de Kensington donde reside ahora su hermana pequeña.

No contenta con esa pulla, Samantha también se dedicó a comentar e incorporar a su tablón varias publicaciones acerca de los planes de futuro de Harry y Meghan.

'Pues parece que Cruella DeVille se va a retirar... Ya me contarás qué tal te sienta', aseguró en referencia a un artículo que aseguraba que los recién casados planeaban pasar una temporada alejados de los focos de la atención mediática.

Por su parte, la cumpleañera pasó el sábado acompañando a su marido en la boda de uno de los mejores amigos de este, Charlie van Straubenzee, celebrado en el pueblo de Frensham, al suroeste de Londres. Aunque Meghan llegó sola a la iglesia -Harry acudió antes para cumplir con sus obligaciones como padrino-, tras el servicio religioso se les vio abandonar el recinto de la mano y muy sonrientes.