SAN PEDRO SULA.
Hacía mucho tiempo que el deporte ecuestre en Honduras no tenía una amazona tan espectacular y talentosa como la sampedrana Nadja Raján, quien en seis años ha perfeccionado su técnica, aprendido muchísimo sobre cómo montar y dominar caballos y, sobre todo, representar internacionalmente al país.
Tiene 16 años, mide un poco más del 1.80 de estatura y posee un rostro de “Barbie”. Esas cualidades la hacen destacar en cualquier entrenamiento, campeonato o actividad ecuestre.
“La equitación me gusta porque es mi escape de la vida cotidiana y me apasiona, ya que me proporciona una felicidad inexplicable. Una amazona debe tener la confianza en sus habilidades y las de su caballo, el deseo de mejorar, paciencia y, como dice mi entrenador, tener el corazón botado al otro lado del salto. En total llevo seis años montando, y profesionalmente tres años entrenando con Gonzalo Gamboa”, explica.
Nadja ha ganado competencias nacionales y unas cuantas internacionales y ha representado a Honduras en Guatemala y El Salvador.
 “En mi primera competencia internacional recuerdo que me sentía ansiosa y dudosa de mis capacidades, ya que miraba a los profesionales y apenas tenía un año de estar montando. El último día logré quedar en cuarto lugar en una amplia categoría de jinetes con mucha experiencia, y eso me ayudó a creer en mí misma”.
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Su ejemplo. La hija de Wendy y Raja Raján siempre ha contado con el apoyo de ellos, quienes la han formado en esta disciplina viajando constantemente a Tegucigalpa, donde practica en el club ecuestre La Herradura.
La primera vez que se montó a un caballo se dio cuenta de que “eso era lo que quería hacer por el resto de su vida. Sentí que había varios retos que debía vencer, pero una vez que comencé no quise parar de derrotar todos los que se me aparecían. Tuve que derrotar mi propio miedo a mejorar y tener la capacidad de ser yo la que controla mi yegua Dinastía y no ella a mí”, explica.
Su meta en este deporte es dar todo lo que tiene y llegar a calificar en competencias de alto rendimiento internacionalmente. El logro más grande que ha obtenido en la equitación es competir en los Juegos Centroamericanos en las tres disciplinas: adiestramiento, prueba completa y salto”. Formé parte de los equipos en la mínima edad posible, llevé a mi primera yegua en prueba completa e hice un gran papel en salto, ya que nunca había competido en esas alturas y menos a ese nivel”, describe.
Sus primeros puestos en las competencias son gracias a su entrenador y “el esfuerzo que ponemos mis caballos y yo”. Recuerda que la primera vez que salió internacionalmente con La Herradura ganó el primer puesto de la categoría 60-70 y cuando escuchó el Himno Nacional de Honduras “fue un sentimiento de alegría para mí gracias a mis resultados, y es lo que cualquier atleta desea escuchar”, destaca.
 Nadja Raján es la sensación de la equitación en el país. con su porte, belleza y estilizada estampa se perfila como triunfadora. por su disciplina ya ha ganado competencias.
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Sus reflexiones. A Nadja Raján le encantaría que en Honduras se explotara el talento ecuestre, puesto que considera que falta el deseo de culturizarse en otras áreas aparte de lo que es tradicional. “Si se dejara la ignorancia a un lado, muchos pudieran ver la belleza de este deporte”, detalla.
“La equitación toma parte de mi vida cada día. Aunque no viva en Tegucigalpa es mi responsabilidad llamar y asegurarme de la estabilidad de mis caballos. Monto durante los fines de semana y usualmente falto a la escuela para practicar más de dos días. Para mí, la equitación significa una unión de un caballo y jinete donde la conexión, la confianza y el talento se unen para crear un perfecto binomio”.
Cuando está trabajando sus pistas siente total concentración por cada movimiento que hace para que el caballo se sienta cómodo y con deseos después de cada línea. “Esa adrenalina me proporciona felicidad, pues estoy haciendo lo que amo”.
 Nadja Raján tiene ascendencia de tres nacionalidades: Honduras, Estados Unidos e India. Su espectacular estampa fue fotografiada en el club ecuestre La Herradura de Tegucigalpa.
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