San Pedro Sula, Honduras
El padre Raúl Najarro, vicario de la parroquia y catedral San Pedro Apóstol, en la homilía del Miércoles de Ceniza, exhortó a los feligreses a consagrarse en los 40 días de Cuaresma previos a la Pascua de Jesús.
“La Cuaresma son 40 días, el pueblo de Israel que venía cargado de dioses paganos no podía entrar a Tierra Santa, así que tuvo que estar 40 años en el desierto.
Jesús también estuvo 40 días en el desierto para prepararse. Ahora nosotros debemos prepararnos 40 días previos a la Pascua de Jesús, hasta caer en cuenta de lo grande que es Jesús”, dijo.
El padre recordó que Jesús se hizo carne, es tierno y es cariñoso, pues le pidió perdón al Padre por nosotros.
“En solidaridad intercedió por la humanidad, desde la cruz, muriendo nos ha liberado del pecado y encima ha resucitado y ha vencido la muerte”.
La Pascua es de Jesús, quien fue sacrificado por nuestros pecados, resucitado para garantizar nuestra redención, afirmó el vicario.
“En nuestra propia ceniza somos nada, tenemos que morir con Cristo en los 40 días de la Cuaresma, debemos morir a nuestros pecados”, enfatizó.
 Comunión. Cientos de fieles pasaron a marcarse con la cruz de ceniza.
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Proceso
En estos cuarenta días, los creyentes deben consagrarse enfocándose en tres actividades, según Raúl Najarro.Lo primero es la oración, pero “si haces muchos rosarios, pero no oras no hay acción. La oración es lo que aprendimos de Jesús, es irme al silencio de mi aposento, es una manera de decir que no estoy para nada, es dar vueltas en nuestro corazón”, explicó.
La segunda acción es la limosna. “Dios tiene muchos hijos y muchos están en la pobreza, entonces los que tienen comodidades y riquezas deben compartir con aquellos necesitados, los que la pasan mal”.
Finalmente, el ayuno como está en las escrituras. “Ponerse a dieta de pecados, se acabaron los chismes, el pagar mal a los criados, se acabó, se acabaron las rivalidades, envidias y odios”.
La catedral de San Pedro Apóstol tuvo una asistencia masiva ayer con creyentes de todas las edades y sectores.
Luego de la misa, se impuso la cruz de ceniza en la frente de los feligreses en señal de la Cuaresma y entrega a Jesús.
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