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Jubilados cantan y bailan zumba para rejuvenecerse

  • 17 enero 2020 /

Al terminar la etapa de lidiar con niños y adolescentes buscan como mantener a raya el tedio y la depresión

    San Pedro Sula, Honduras.

    Los maestros jubilados que integran el coro del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (Inprema) están demostrando que, a pesar de que gastaron su garganta por tantos años impartiendo clases, aún les queda voz para arrancar aplausos en sus presentaciones.

    “Aquí disipamos nuestros problemas y nos mantenemos activos, porque los que se quedan en la casa cuidando nietos se encorvan más rápido”, dijo Magadalena Coello, una de las jubiladas que subió con su bastón al tercer piso del edificio del Inprema a practicar con el coro.

    Afiliados cuyas edades oscilan entre los 60 y los 86 años participan no solo en el coro, sino también en el grupo de zumba, danzas folclóricas, teatro y marimba.

    Algunas de las coristas admitieron que antes solo cantaban “en el baño”, pero que ahora se sienten cantantes profesionales, especialmente cuando son ovacionadas en sus presentaciones. Otras como Rosario Villacorta, quien tiene 13 años como jubilada, han participado en coros desde que estaban en la escuela.

    El coro del Inprema lo integran once mujeres y dos varones, dirigidos por la joven licenciada en Pedagogía Pamela García como si fueran sus alumnos. “La admiramos por su paciencia, dedicación y el entusiasmo que transmite”, dijo Magdalena Coello, quien además integra el grupo de marimbistas.

    Los cuatro grupos artísticos fueron creados por iniciativa de la directora del Inprema, Carolina Murcia, para alejar del tedio y la depresión a los jubilados. Es una forma de demostrar que no es cierto que por estar jubilados, ya no sirven, dijo Murcia.

    A Marcia Cristina Javier, una corista de 70 años, la energía y entusiasmo le alcanzan para participar también en el grupo de zumba a fin de mantenerse ágil, lo mismo que actúa en obras de teatro.

    En el primer piso del edificio del Inprema funcionan dos consultorios médicos para beneficio de los afiliados.

    A veces los jubilados están esperando sus vitaminas cuando llama a práctica la licenciada Pamela y deben correr para llegar a tiempo hasta el tercer piso. “Aquí vivimos, solo nos falta traer la almohada para quedarnos a dormir”, dijo una sonriente corista.

    Las canciones que entonan las seleccionan de acuerdo con el evento o la época en que les toca actuar. Por ejemplo, para el próximo 25 de enero no faltarán las melodías dedicadas a la mujer. Comentan que por su espíritu jovial, en vez de jubilados, les dicen jubilosos.