El mercado Guamilito se vistió de Navidad con la llegada de miles de artesanías que representan todo el encanto del nacimiento del Niño Dios. En casi todos los puestos artesanales hay variedad de figuras de barro, yeso y hasta de tusa para quienes quieren armar su belén o simplemente darle un ambiente navideño a la casa.
Aparte de las místicas imágenes que rodean el pesebre, se venden los otros elementos para conformar el entorno del nacimiento. “Aquí hay un hombre ordeñando una vaca, allá está una mujer horneando pan y esta es una familia que disfruta la cena navideña”, dijo Jesenia Rosales, quien atiende uno de los puestos del céntrico mercado.
Las ventas no están tan buenas como las del año pasado, pero los vendedores ofrecen sus productos con entusiasmo para mantener el espíritu navideño.
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Las representaciones hechas con tusa de Ilama son las más humildes. Sin embargo, son las que prefieren los turistas extranjeros porque saben que su elaboración requiere un trabajo minucioso, expresó Cristela Alvarenga, otra de las vendedoras.
En las afueras un ingenioso artesano elabora renos con zacate y trineos de madera y mimbre.
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Afuera del mercado se vende el material que se necesita para formar las montañas del nacimiento, las calles de los poblados, el musgo para acolchonar al Niño Dios y tantos otros elementos, generalmente extraídos de la naturaleza. Hasta el bejuquillo se usa para formar enormes bolas que se pueden colgar sobre el nacimiento, y las bellotas de los pinos para muchos adornos navideños.
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Sandra Guerra, una de las clientes, dijo que hará por primera vez el belén en su casa de Cofradía, como una forma de demostrar que el verdadero espíritu navideño no está en beber y parrandear.
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