San Pedro Sula, Honduras.
Dos días cumplió ayer el paro de labores que iniciaron empleados de la empresa de transporte público Los Escudos, que cubre la ruta del sector Lomas del Carmen.
Motoristas y ayudantes tomaron la decisión de paralizar las unidades el pasado miércoles por las amenazas que han estado recibiendo desde la semana anterior de parte de una estructura criminal que les exige el pago de extorsión.
De los 35 rapiditos que son parte de la empresa, ayer solo 10 brindaron el servicio, lo que obligó a buena parte de los pobladores de la zona a viajar en pailas de carros y a caminar hasta puntos estratégicos para poder tomar otros medios de transporte que los hiciera llegar hasta sus destinos.
Conductores aseguran estar en zozobra, pues son muchos los compañeros que han muerto de forma violenta por “deudas ajenas”, según las califican ellos.
“Los más vulnerables somos nosotros, los trabajadores y los pasajeros, pero en realidad uno diariamente da a los propietarios el dinero que se paga por extorsión y ellos deben de ser puntuales con el pago para que nuestras vidas no corran peligro”, refirió un motorista que omitió su identidad.
Desconocen el día en que volverán a sus actividades, pues según sus testimonios, los dueños de los buses y los extorsionadores están negociando y hasta que no haya un acuerdo prefieren no arriesgarse.
“Es una situación difícil, porque sostenemos a nuestras familias del dinero que ganamos trabajando, pero tampoco nos queremos morir. Ayuda de las autoridades ya no buscamos porque siempre dicen que investigan, pero aquí seguimos en lo mismo, dejando de llevar el pan a nuestras casas por dárselo a unos criminales”, comentó un ayudante.
Acciones.
Leandro Flores, jefe noroccidental de la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas, afirma que la extorsión en el transporte ha mermado; sin embargo, necesita la colaboración y valentía de los empresarios para eliminar de raíz este problema delictivo.
Flores recomienda como primera medida la denuncia del delito para comenzar una investigación efectiva. De igual forma, mantenerlos informados de cuándo y dónde pagarán la extorsión y después de la captura que la víctima se presente para judicializar el caso.
