San Pedro Sula, Honduras
La escuela Santa María del Valle, ubicada en la comunidad de Armenta, se ha caracterizado desde su fundación por ser una institución que apuesta por la tecnología, incorporando en su sistema educativo programas con aporte científico.
| Para saber
Aldebaran Robotics, con sede en París, diseñó el primer Nao en 2006 y lo llevó al mercado en 2011 para que lo adquirieran centros educativos.
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El centro educativo recibe estudiantes en edades de uno a 18 años, abarcando todos los niveles, desde la estimulación temprana hasta el bachillerato.
Su malla curricular comprende clases de robótica, electrónica y la enseñanza no solo del español e inglés, también integra a partir del noveno grado el mandarín y muy recientemente alemán.
Wendy Hall, rectora de la Santa María del Valle, dijo que desde hace un año entraron en un proceso de certificación internacional que acreditará al centro como uno de los más completos y con los más altos estándares pedagógicos del país.
Dicha certificación es otorgada por AdvancED, una organización no gubernamental que acredita escuelas primarias y secundarias en Estados Unidos y otros países, tomando en cuenta la profesionalización docente, invención tecnológica, oferta académica y trayectoria.
“Queremos ofrecer a los jóvenes todas las oportunidades para recibir educación del primer mundo a nivel de preescolar, primaria, media y bachillerato, para que egresen altamente preparados a su vida universitaria y de esa forma contribuyan a desarrollar el país”, explicó Hall.
| Los alumnos de la Santa María del Valle reciben formación en robótica, electrónica e impresiones en 3D.
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Innovación
En enero de 2016 llegó a la Capital Industrial, Francisco, llamado así en honor al papa.
Es uno de los 7,000 robots humanoides de cuarta generación que se encuentran en escuelas de todo el mundo y tiene como hogar la Santa María del Valle.
Habla 17 idiomas y una de sus funciones es enseñar a los estudiantes lenguaje de codificación y programación para crear páginas Web. Posee cámaras con las cuales reconoce caras y lee libros, “sonares” para detectar objetos y ojos led para expresar emociones.
Este pequeño androide, más allá de ser considerado como una herramienta, los estudiantes de bachillerato lo ven como un amigo que los ayuda a despertar su creatividad.
La administración de esta escuela aspira a adquirir al menos dos robots para que más niños, entre ellos algunos especiales que asisten a sus aulas, interactúen con ellos y superen ciertas limitaciones.
“Nuestros chicos empiezan a incursionar en el campo tecnológico a partir de los tres años y se les imparten clases de computación, robótica e impresiones en 3D, ya que son temas que actualmente se encuentran en auge en todo el mundo”, agregó Hall.
| El mandarín y alemán son lenguas impartidas en el centro. Parte del equipo de la institución.
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