La tragedia ocurrida en el bordo de El Limonar que cobró la vida de dos niños evidencia la necesidad de comenzar con un proyecto de reubicación de las personas que habitan en estos sitios.
Advertencia
Los bomberos explican que El Centro es otro sitio con problemas para controlar un incendio por la gran cantidad de puestos.
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El bordo de El Limonar está en el noreste de la ciudad y es uno de los 133 asentamientos irregulares indentificados en el valle de Sula. En SPS hay 16.
La situación alarma a diversos sectores porque se ha incrementado el número de familias y en sitios que hace un año estaban desocupados.
Los datos del resumen ejecutivo elaborado por Hábitat para la Humanidad llaman a la reflexión, ya que de cada 10 habitantes del valle de Sula uno vive en asentamiento irregular, ya sea en zonas de riesgo, derecho de vía o en terrenos en litigio.
El encargado de planificación y seguimiento de Hábitat para la Humanidad, Denis Cabrera, explica que hasta la fecha no hay ninguna política gubernamental o estatal que lleve a la solución de más de 35,000 familias que viven en asentamientos irregulares.
Dato
Avance. Los bomberos reconocen que en estos sitios enfrentan problemas para combatir incendios por varios factores. El tipo de construcciones aumenta el riesgo.
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Dice que según estimados se requieren unos nueve mil millones de lempiras para reubicar a todas esas familias.
Las voces
Al recorrer estos sitios se puede deteminar que las viviendas están construidas con materiales de desechos y reciclados. No tienen letrina ni agua, pero sí energía eléctrica y algunos electrodomésticos. Las personas viven entre malos olores y suciedad, muchas en condiciones lamentables.
Juan Torres vive en uno de los bordos, dice que se dedica a la albañilería y al preguntarle si le gustaría ser reubicado dice que su sueño es tener una casa adonde vivir con su compañera de hogar y sus hijos, pero asegura que quisiera un lugar dentro de la ciudad para estar cerca del trabajo. Según el estudio hecho por Hábitat, el mayor porcentaje de jefes de familia que viven en estos sitios trabajan en maquilas, albañilería y mecánica, también hay sobadoras, parteras, trabajadoras domésticas y guardias de seguridad.
El exalcalde Roberto Larios asegura que actuar en estos casos es urgente porque los asentamientos también están generando otro tipo de problemas, como la contaminación y el riesgo de vivir en zonas vulnerables. “No se puede esperar que ocurran tragedias como la muerte de estos niños para darse cuenta que se debe trabajar en el problema” dice.