19/04/2024
12:29 AM

Garífunas rinden tributo a la Patrona de Honduras

El 3 de febrero se celebra la Feria Nacional de Nuestra Señora de Suyapa con peregrinos de todo el país.Esta noche es la alborada a la Morenita.

    TEGUCIGALPA.

    En una de las tradiciones más antiguas de la comunidad católica de Honduras se celebra durante una semana el hallazgo de la Virgen de Suyapa. Son miles de peregrinos que llegan a la Basílica Menor en la capital a ofrendar y dar gracias por los milagros recibidos.

    Ayer, con coloridos trajes y dando gracias por los milagros, la comunidad garífuna celebró el 273 aniversario del hallazgo de la Virgen. Alrededor de 500 miembros de la etnia llegaron a la eucaristía concelebrada por monseñor Michael Lenihan, obispo de la diócesis de La Ceiba, acompañado del sacerdote garífuna Tomás Cacho y del padre Marcio Matute.

    El coro de hombres y mujeres garífunas entonó los cantos y alabanzas al ritmo de tambores.En cada una de las interpretaciones, danzaban y elevaban las manos hacia el cielo.

    Productos que elaboran los garífunas fueron parte de las ofrendas a la Morenita.
    Los líderes de las 52 comunidades garífunas llevaron hasta el altar sus ofrendas, destacándose alimentos elaborados por hombres y mujeres, entre ellos el tradicional cazabe. Además, frutas y verduras que se producen en cada uno de los territorios habitados por los hermanos afrohondureños. Los canastos llenos de los productos tradicionales fueron colocados en las cercanías de donde estaba la imagen de la Virgen, mismos que fueron bendecidos por monseñor Michael Lenihan y por el sacerdote Tomás Cacho.

    Cacho destacó la importancia que tiene la madre de Dios para todos los hondureños y en este caso para los garífunas, pues son personas que han recibido milagros. “Wiwanta Virgen de Suyapa (viva la Virgen de Suyapa)”, dijo Cacho, encargado de la liturgia en la lengua garífuna.

    Milagros

    La principal petición de la comunidad garífuna fue “el cese de muertes de mujeres afrodescendientes”. Pidieron a la Virgen que interceda para evitar que siga corriendo la sangre en estas comunidades de Atlántida y Colón. Este grupo de la población hondureña asegura que se ha caracterizado por integrar comunidades de paz, de solidaridad, de hermandad y cero violencia.

    Cada una de las personas que participaron contribuyeron con los productos porque tienen la fe de que la Virgen se los va a multiplicar. Rosa Lourdes Arzú Moreira fue una de las mujeres garífunas que participó en la eucaristía. “Para mí es de gran agrado, orgullo y devoción venir a visitar a la Virgen de Suyapa porque representa mucho, ya que yo soy uno de los milagros”.

    Arzú contó que su madre Ana María Moreira Miranda era una persona discapacitada y se movilizaba en una silla de ruedas.

    En una oportunidad le pidió un milagro a la Virgen de Suyapa de salir embarazada y tener una niña, pero que fuera pequeñita para poderla cargar. La petición se hizo realidad y nació Rosa Lourdes. Otro de los milagros por los que doña Rosa está agradecida con la Virgen y por lo que todos los años la visita para hacerle una romería y entregarle una ofrenda, es que a su hija Yolany Angélica Moreira Arzú se la sanó de la vista.

    A los 12 años Yolanny Angélica perdió la visión en sus ojos y le pidió a la Morenita de Suyapa que la sanara y a los pocos meses, la pequeña recobró la vista a pesar de que los diagnósticos médicos establecían que iba a quedar ciega. Por esos y otros milagros es que los miembros de la comunidad garífuna llegaron a agradecer y decir a todo pulmón “wiwanta Virgen de Suyapa”. Esta noche será la alborada para celebrar con miles de peregrinos que descansan en las afueras de la Basílica.

    Hallazgo

    A lo largo de la historia se han dicho varias versiones acerca del descubrimiento de la Virgen de Suyapa, pero la que los devotos creen es la de su milagroso hallazgo por parte del trabajador agrícola Alejandro Colindres a principios de febrero de 1747.

    La historia cuenta que Colindres y un niño de 8 años fueron enviados a limpiar campos de maíz a la montaña de El Piligüín, al noreste de Tegucigalpa. Los alcanzó la noche y se quedaron a dormir afuera.

    El muchacho se mantuvo despierto por un dolor en su costado y se dio cuenta que estaba acostado sobre algo. El relato dice que el agricultor no podía ver lo que era por la oscuridad, por lo que tomaba y arrojaba lo que le molestaba, pero cuando volvía a acostarse ahí estaba de nuevo. Al amanecer descubrió que se trataba de una diminuta estatuilla, que luego llevó a la casa de su madre en la Villa de Suyapa.

    Los devotos aseguraron que era una virgen y le hicieron un altar de madera, donde los conocidos de la familia iban a rezar. Los escritos dicen que la estatuilla de la Virgen permaneció 21 años en el altar de la familia Colindres hasta que en 1768 se le acreditó su primer milagro y comenzó a atraer la atención del público. Cuentan que fue la curación de don José Zelaya Midence, quien sufría de piedras en la vejiga. Luego del milagro, la familia Colindres recaudó fondos para construir una capilla que fue terminada en 1777.

    En 1925, el papa Pío XI la declaró Patrona de Honduras bajo el título de Nuestra Señora de Suyapa y declaró el 3 de febrero como su día festivo.

    “Ella es la que me tiene viva, solo me quedaban 4 horas”

    TEGUCIGALPA. Doña María Vergara es oriunda de La Esperanza, Intibucá. Llega todos los años a acampar hasta tres días con sus hijas, nietos y bisnietos para visitar y agradecer a la Virgen de Suyapa por los milagros que les concede durante el año.

    “Traemos las ofrendas con todo el amor del mundo, porque ella se lo merece, yo tengo seis días de haber salido del hospital, estuve grave, pero ella es tan linda, tan maravillosa que le da a uno el bálsamos bendito para que uno pueda volver a ponerse en pie”, expresó doña María entre lágrimas.

    Contó que salió de una enfermedad en sus piernas en la que solo le habían dado cuatro horas de vida, pero que sus hijas y todos sus familiares pidieron por su salud y es gracias a la Virgen que hoy se encuentra cumpliendo un año más con la promesa que hizo.

    Devoción. Llega a la basílica desde los 10 años.

    “Somos casi 150 personas que venimos todos los años”

    TEGUCIGALPA. José Armando Velásquez tiene 38 años de visitar la Basílica Menor para estas festividades con toda su familia de casi 150 personas. Todos viajan desde La Paz.

    “Ella nos ha curado a varios de aquí, el año pasado venimos con mi suegro. Él dijo que presentía que iba a ser su última visita, y así fue, pues ya casi va a cumplir un año de muerto, ahí andamos con mi suegra todavía”, expresó don José.

    Uno de los miembros de esta familia sufre de parálisis y se moviliza en silla de ruedas, se trata de Eduar Mejía, quien muestra mucha alegría de asistir a la iglesia. “Siempre me trae mi mamá y me gusta mucho venir a visitar a la virgencita de Suyapa”, dijo Eduar. Esta y muchas familias llegan hasta la basílica con ofrendas, agradecimientos y peticiones.

    Promesa. José Velásquez trae a toda su familia desde La Paz.

    “Llegamos a visitar a la Virgencita los tres días”

    TEGUCIGALPA. Con muchos de sus nietos pequeños llega a la basílica doña María Silvana Hernández, quien por 20 años ha acampado tres días en espera de la alborada en honor a la Virgen de Suyapa, siguiendo con una de las tradiciones más antiguas que aún prevalece en gran parte de la población católica del país.

    “Desde chiquita yo venía con mi madre, ahora vengo y siempre cumplo con mi promesa de visitar a mi Madre Santísima, trayendo a mis hijos y nietos y que ellos sigan viniendo cuando yo me muera”, manifestó doña María, quien viaja desde Intibucá a la capital.

    Así como ella, son muchos hondureños que llegan a agradecer los milagros que la Virgen les ha concedido durante el año, al igual que presentar sus peticiones en todos los aspectos.

    Tradición. Doña María lleva a sus nietos más pequeños.