Cuando el deseo no distingue sexo ni género

Hace unos días Miley Cyrus se declaró pansexual. Aquí te explicamos que significa.

  • 02 sep 2015

La variedad está el gusto”, afirma el dicho popular y nunca más acertado en estos tiempos de diversidad y apertura a una multiplicidad de variantes amorosas y sexuales. La diferencia sexo/género poco a poco se instala en el conocimiento general e interroga y cuestiona la clásica dupla: varón-mujer / masculino-femenino.

Se habla de cisgénero, transgénero, transexuales, intersexuales, disconformes con el género, andróginos, etc.; distintas maneras de sentir y vivir la identidad sexual no establecidas por el sexo de nacimiento publica EntreMujeres de El Clarín.

Orientación sexual

Así como existe una variedad de formas de expresión de género, la orientación sexual no se queda atrás. Vale la pena aclarar la diferencia entre género y orientación. Género es la identificación sexual interna, subjetiva, más allá del sexo biológico. La orientación sexual hace a la relación amorosa y/o sexual con otr@/@s, al contacto, a la atracción: heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, asexualidad, pansexualidad, multisexualidad, etc. Una persona puede identificarse con un género y tener una o varias formas de orientación sexual, siendo la situación inversa mucho menos frecuente.


La pansexualidad

Ser pansexual (el prefijo pan proviene del griego y significa “todo”) es sentir atracción estética, amorosa, sexual, por las diferentes formas de género, ya sea aquellas en las que existe acuerdo entre el sexo biológico y el género (cisgénero) o en las hay desacuerdo (transgénero). Las personas pansexuales tienen orientaciones cambiantes. Esto no significa que sean inestables en sus relaciones, pueden tener parejas que perduren en el tiempo, solo establece que sus elecciones abarcan una amplia gama de posibilidades y se dan la libertad para dar curso a sus deseos. Los pansexuales se diferencian de los bisexuales. En la orientación bisexual la persona tiene contactos hétero u homo con otras personas (no transgénero), pero prefiere una de las dos, es decir, el máximo placer o la posibilidad de enamorarse define una de las formas.


Más visibilidad, por favor

Es posible que ésta, como otras formas de vivir la sexualidad, haya estado reprimida para dar respuesta a las exigencias sociales, signadas por rígidas normas, casi incuestionables. En esta etapa del siglo XXI “salir del closet” no significa solo sacar del encierro la orientación homosexual, es también visibilizar las variedades de género, de orientación, de relaciones. En síntesis: convertir la sexualidad en una capacidad humana crucial para llevar una vida más plena.

Pareciera que todo aquello que se aparta de la normativa binaria de género (hombre-mujer) todavía llama la atención o se comprende a medias. Para algunos la diferencia entre sexo y género es una teoría que subvierte el orden natural. Los dogmas religiosos son inflexibles e insisten en “lo natural” como regente de la vida sexual. Pero si así fuera, no estaríamos en condiciones de amar, de abrazar, de gestar proyectos amorosos fuera del celo y la genitalidad procreadora.

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Foto: La Prensa



Por el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.