Esta es la razón por la que cada día somos más celosos  

“¿Con quién y de qué estará hablando?”, un pensamiento como este seguro te resulta familiar.

  • 31 dic 2016

Redacción.

El hecho de vivir un noviazgo en este siglo XXI es completamente distinto a haberlo hecho en los noventa. Las relaciones de pareja cambian, así como ha cambiado la sociedad, y todo como consecuencia de la tecnología. ¿Cómo afecta la tecnología a las relaciones amorosas? Porque por lo general contribuyen a sentir celos.

Las computadoras, tablets y celulares son cada vez más fuente de celos y un asunto de extrema obsesión. Muchos depositamos gran parte de nuestra vida e intimidad en un pequeño aparato que cargamos en el bolsillo, pero la confianza que ponemos en nuestros celulares es un arma de doble filo.

En Twitter se dice lo que se piensa, en Facebook lo que nos interesa, por Snapchat e Instagram publicamos nuestras vidas en imágenes y, finalmente pero no menos importantes, en WhatsApp estamos conectados todo el tiempo. Esta última aplicación es la que genera más conflicto entre las parejas… “¿con quién y de qué estará hablando?”.

Estar revisando los celulares es una práctica cada vez más común… una serie invasión a la privacidad, muestra de desconfianza y exceso de celos.

Los celos han existido desde siempre, eso no es novedad, pero hoy en día la manera de expresarlos es completamente distinta… es decir, muchas veces ni siquiera los declaramos frontalmente, sólo basta con revisar las redes.

Es que actualmente los celulares son una pequeña y enorme fuente de información a la vez, que ha hecho cada vez más innecesaria la pregunta: “¿se puede saber dónde has estado?”.

¿Cómo se da la “revisión del celular”? Pues puede ser que uno deje su aparato ahí tirado, tentando al otro de leer su conversaciones, lo que le puede traer calma o más inseguridad (dependiendo de lo que encuentre). Pero también puede ser una revisión premeditada, que es la peor.

Ya sea que ambos permitan revisar el celular del otro, o que uno busque los momentos para hacerlo a escondidas, aunque puede ser una buena forma de amainar los celos mutuos, también supone una entrega total de la privacidad al otro.

Un arma de manipulación, de amenazas, desconfianza, etc… ambos dejan la intimidad de lado, lo que es un grave error en cualquier relación. Insisto, es un arma de doble filo, aunque sea “por el bien de la relación”.

¿Cómo combatirlo? Quizás la manera más efectiva sea hacer que el celular no sea un tema en absoluto: no esconderlo, no estar preocupado de él, nunca sucumbir a la tentación de revisarlo a escondidas… simplemente hacer como que no existiera, o normalizarlo y no pensar que es una forma de ser infiel.