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Belleza en la ciudad

  • 08 febrero 2016 /

    Como una reconfortante dosis de oxígeno en el agitado ir y venir por las calles y plazas de San Pedro Sula, la naturaleza, con su aporte anual por estas fechas, se ha unido a la original campaña de LA PRENSA, “Sacá lo bueno”, y aunque la flora y la fauna siguen ofreciendo lo bueno pese a la acción depredadora del humano, en estos días muestra algo de lo mejor.

    Nos referimos a la belleza y al refrescamiento visual que nos proporcionan, anualmente, en nuestra ciudad los árboles de macuelizo, cuyo testigo fidedigno quedó consignado ayer en la edición de este rotativo. A principio de año no faltan a la cita, como posterior lo harán las acacias o los frondosos sanjuanes, que en la lejanía quedan como pinceladas en el verdor de la montaña.

    Cuando la ambición o necesidad no habían puesto sus ojos en las faldas de El Merendón y se aprobó la ley de protección para defensa del pulmón de la ciudad, el proyecto para identificar la cota, hoy acomodado a intereses, fue ideado como reforestación con árboles de san Juan para que la inmensa faja amarilla contribuyese físicamente a poner un alto a la acción depredadora y embelleciese aún más el paisaje.

    Utopía que nos recuerda en estos días la necesidad de detener los cortes de árboles en nuestra ciudad y de plantar, reforestar aquellas áreas, ya que si la naturaleza saca lo bueno, pues así es ella; también retribuye el trato que le damos, nada favorable, de acuerdo con la experiencia cotidiana.

    A la naturaleza no hay que pedirle que saque lo bueno, ella misma lo da, pese a la invasión destructora y avasalladora de la sociedad consumista exigente en nombre del progreso y del bienestar que va disminuyendo la capacidad de admirar y valorar cuánto, en un ambiente limpio, cuidado y protegido, contribuye eficazmente a la calidad de vida de cuantos habitamos en él.

    Las quejas por los múltiples problemas; la carencia de soluciones a las demandas de la sociedad; la pugna por llegar al poder o, al menos, recibir la influencia de su círculo van limitando la sensibilidad ante las expresiones de la naturaleza, contribuyendo al pesimismo y al síndrome de la autoestima en permanente dolencia y deterioro.

    A la invitación de LA PRENSA, “Sacá lo bueno”, la arboleda, con conservaciones de generaciones de sampedranos entre sus ramas, responde con lo mejor: el colorido de sus flores en bulevares, plazas, calles y patios. Con lo bueno y lo mejor de cada uno, la calidad de vida tocará a la puerta y podrá marcar la existencia personal, familiar y colectiva.