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Pronósticos

  • 08 octubre 2015 /

    La capital peruana se ha convertido en la fuente oficial de la información para conocer en boca de los ejecutivos de los organismos internacionales lo ya sabido por la experiencia diaria individual y colectiva. Nos referimos a los pronósticos sobre la economía mundial, cuyo paso ha sido calificado “a un ritmo persistentemente modesto” con lo que se ajusta, a la baja, el pronóstico de crecimiento.

    Sin entrar en los detalles que contiene el informe del Fondo Monetario Internacional, hallamos que “para los mercados emergentes y los países en vías de desarrollo, nuestra predicción es que 2015 será el quinto año consecutivo de crecimiento declinante”, que se refleja en la salida de capitales de esas economías por primera vez en 30 años.

    América Latina es la víctima mayor de esta situación, a flote por la debilidad en la economía china que afecta directamente la cotización de las materias primas sobre las cuales se había apuntalado el crecimiento de la economía del continente. No hay vuelta de hoja por el momento. La Comisión Económica para la América Latina y el Caribe (Cepal) ha revisado a la baja su estimación anterior; aunque mantiene un crecimiento mínimo. En este panorama, Centroamérica recibe los mejores pronósticos para lo que falta del año y para los próximos doce meses con un crecimiento de 4.2, superior a los dos últimos años.

    Nuestro país, recién visitado por una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha recibido un fuerte respaldo del organismo internacional con la revisión del acuerdo, cuyas metas se van alcanzando con mejoras en la macroeconomía que deberán reflejarse en las economías familiares e individuales por medio de condiciones más favorables para la creación de oportunidades de trabajo.

    “No podemos esperar que el Estado sea el que genere las fuentes de trabajo. Ahora les toca a los empresarios invertir en el país”, expresó Wilfredo Cerrato, ministro de Finanzas, al comentar los impactos que se esperan con las mejoras en los niveles superiores de la economía nacional. Sin embargo, hay inquietud en el sector privado sobre la política fiscal encaminada a la reducción del déficit presupuestario sin iniciativas paralelas en la disminución del gasto corriente.

    Contundente, con aires de euforia, el subsecretario de Finanzas y Presupuesto, Carlos Borjas, aseguró que “las condiciones están dadas y hemos puesto los fundamentos para que se dé el crecimiento”. Pero será necesario que esos fundamentos sean atractivos para la inversión, pues el incremento en impuestos y la presión fiscal ahuyenta los capitales con la caída del empleo, aumentando la pobreza, y la disminución de ingresos al Estado agravando, a mediano y largo plazo, el desequlibrio fiscal.