La Ley Marco del Sistema de Protección Social entra en su recta final con el tercer debate anunciado para esta semana en el Congreso Nacional, tras ser socializada y recibir modificaciones producto de las aportaciones, pues “cada sector dijo lo que tenía que decir”, según las palabras del presidente Juan Orlando Hernández.
La estructura jurídica y el contenido del nuevo instrumento legal es presentado como solución ante la grave situación en el sector Salud para garantizar y mejorar la atención a todos los hondureños en acelerado deterioro solo detenible con la participación de todos, pero principalmente del Estado, obligado a financiar la salud pública como derecho de todos los hondureños.
Este principio básico encuentra en las leyes su respaldo adecuado, cuasi perfecto dirán los profesionales del Derecho, pero de la expresión a la acción institucional media un abismo que ha sido imposible de salvar por compromisos personales o de grupos, por intereses y ambiciones en los círculos de poder, por la impunidad y corrupción, por la escasa transparencia en la identificación de prioridades en todas las administraciones.
Referido al destartalado Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), sobre el que recaerá el mayor peso de la nueva política de protección social, la inclusión o la utópica universalización como resultado de la apertura para una mayor cobertura en beneficio de más hondureños, los temas de cotización y financiamiento son sumamente sensibles y deben tratarse con suma transparencia para que no “den gato por liebre”.
Entre las reformas presentadas por los trabajadores a incluir en el documento a debate esta semana, se halla la que exige sumar a las aportaciones de patronos y trabajadores, la del Estado como patrono “así como las aportaciones solidarias que este efectúe al Sistema de Protección Social, en su condición de Estado, para subsidiar grupos de trabajadores en condición de vulnerabilidad socioeconómica”.
Si hubiese cárcel sin necesidad de proceso para quienes retienen o desvían las cotizaciones de los empleados y se hallan morosos en la cuota patronal a lo mejor los funcionarios cumplen con sus deberes. ¿Cómo garantizar la aportación patronal de quienes no trabajan para empresas? ¿Cuántos años se necesitarán para rescatar el Seguro Social, ampliar instalaciones, aumentar personal, mejorar equipo y financiar compra de medicamentos e insumos?
Se diga o se calle, la ruptura de techo viene, aunque ahora esté el énfasis puesto en la elección por parte del derechohabiente del hospital, clínica o consultorio en que sea atendido. Muchas son las interrogantes, la más práctica: ¿de dónde? Aunque no faltará quien recurra a la sabiduría popular, “en el camino se arreglan las cargas”, pero en salud suele ser tarde y con un alto costo humano.
