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Siete candados

  • 21 febrero 2021 /

    Con nostalgia porque hoy, más que nunca, el pasado es mejor, recordamos el lugar de El Merendón, hasta con merendero, con una vista idílica de San Pedro Sula, aunque ya se haya olvidado. LA PRENSA bajó del mirador y presentó la radiografía de la urbe hoy muy alejada de la bella panorámica de las alturas y la preciosidad floral de los macuelizos.

    Cinco entregas, detallada labor periodística, debieran despertar a quienes creen dormir en laureles y soñar que “todo va a estar bien”. Pues claro que sí, pero lo que no sabemos en qué siglo y por eso los sampedranos nos aferramos a la sabiduría popular que aconseja “hacer de la necesidad virtud”, la esperanza es lo último que se pierde.

    La radiografía podemos leerla todos, aunque hay en ella zonas más oscuras que precisan de profesionales. En camino hacia los cuatro años va el Plan Maestro de Desarrollo Municipal, estudio ejemplar, guardado con siete candados, y del que medio se proporciona una síntesis dizque de los volúmenes cuyo contenido necesitará estudios sobre el estudio hasta 2042.

    Temas sensibles exigidos por el crecimiento poblacional y el desarrollo urbano racional son eludidos por las autoridades municipales más inclinados a la vistosidad de obra no tan prioritarias como el saneamiento ambiental, defensa de la masa forestal, protección de reservas y, aquí es donde “la mula botó a Genaro”, tratamiento de las aguas residuales que enfrenta el alcalde con Aguas de San Pedro. No hay el menor indicio de acercamiento para que el consenso posible el inicio de la solución.

    Otras ciudades del valle de Sula disponen de plantas de tratamiento para las aguas residuales, pero en la Capital Industrial todo va a las cloacas a cielo abierto. Tres ríos recorren la ciudad. El mayor, el Chamelecón, atraviesa el municipio. “Quien beba agua de río Piedras vuelve a San Pedro”, la playa Las Hamacas, la laguna Jucutuma son más que evidencia del pasado mejor y del desastre ambiental de la smart city. Y lo más grave es que no hay perspectivas de solución.

    El transporte urbano es otro de los inmensos desafíos del “Todo va a estar bien”, pero el cómo y cuándo se tragan la esperanza de los sampedranos que alguna vez escucharon un utópico proyecto de tranvía en la ciudad. Plan de Movilidad Sostenible y Urbana es la rimbombante identificación para terminar con la pelea de ruta, unidades para deshuesadero, inseguridad, maltrato a pasajeros y elemental servicio nocturno. Casi nada. Esto y mucho más se halla en los volúmenes de la oficina del alcalde municipal en reposo con el complemento del impacto visual en calles y plazas: “Todo va a estar bien”.