La fórmula demócrata ya está lista y más que lista, pues la jornada electoral de noviembre va dando un solo color, aunque hasta el final, en el Capitolio, se escuche la última voz y se identifique el presidente para los próximos cuatro años. El mayor interés en las últimas semanas se centraba en la decisión del candidato demócrata para escoger a su acompañante. Por fin se decidió y presentó a la senadora por California Kamala Harris como su compañera de fórmula, cuarta mujer en la historia con alta posición.
La imagen más esperada pocas horas de trascender la información se produjo en Wilmington. “No dudo de que he escogido a la persona correcta”, fue la presentación que de ella hizo el candidato Joe Biden, quien auguró una gran campaña en la que irónicamente se refirió al aspirante a la reelección: “Tened los relojes preparados para ver cuánto tarda en insultar a Kamala”. Casi ni minutos.
Las descalificaciones y “alocado” pregón del discurso del miedo alimentado con aumento en los impuestos, ataque a la policía y otros temas como migración y racismo intentan presentar a Kamala como “radical de izquierda”. La respuesta desde distintos ángulos ha sido contundente al señalar que la demócrata tiene muy buenas conexiones con Hollywood, Silicon Valley y Wall Street, grupos pocos sospechosos de relajos.
En las filas demócratas la selección fue bien recibida como muestra del buen camino para la campaña y la mirada fija en el triunfo en noviembre. “Ha clavado su decisión”, reaccionó el expresidente Barack Obama, quien agregó que es “un buen día para nuestro país y, ahora, salgamos a ganar”.
“Me siento increíblemente honrada y lista para trabajar”, fue la respuesta afirmativa de Harris dispuesta a enfrentar el doble estigma, sexismo y racismo, que duramente golpea la convivencia ciudadana y los derechos de las minorías. Además, en caso de ganar y ocupar el segundo puesto en el mando de la nación, la elegida para vicepresidente puede llegar a ser la primera presidenta, pues Biden podría ser el más veterano en llegar a la Casa Blanca con 78 años.
El aspirante demócrata que ha mantenido un bajo y acertado perfil tal como indican los sondeos donde aparece triunfador, lanzó encendidos dardos: “Estos no son tiempos normales. Nos enfrentamos a la peor pandemia en cien años. A la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Y a las peticiones más poderosas de justicia racial en una generación. Y tenemos a un presidente que ha fallado tanto en la lucha contra el virus, costando vidas y socavando nuestra economía y encendido llamas de odio y división. Necesito a alguien a mi lado que sea inteligente, fuerte y esté lista para liderar”.
