19/04/2024
12:32 AM

Crisis de confianza

  • 08 julio 2020 /

    Además de la crisis sanitaria y la consecuente crisis económica, Honduras enfrenta hoy una crisis de confianza. Parece que nadie le cree a nadie, que cifras y datos resultan sospechosos, que la ciudadanía piensa que algunos funcionarios no están diciendo toda la verdad o que solo se brinda la información que conviene. Y así es bastante difícil que asumamos juntos los múltiples retos que esta compleja coyuntura nos ofrece.

    Casi desde el inicio de la emergencia se habló de equipo sanitario sobrevalorado o de escasa calidad, más recientemente se presentó el asunto de la compra de los hospitales móviles por parte de Invest-H, que, de alguna manera, ha sido la gota que ha colmado el vaso.

    Las declaraciones del exdirector de esta entidad, además de sorpresa, han generado mayor escepticismo hacia las conductas de los responsables del manejo de la emergencia y ha puesto en alerta a la ciudadanía y a las distintas entidades e instancias que, como el Consejo Nacional Anticorrupción, el Ministerio Público o el Tribunal Superior de Cuentas, tienen la misión de velar por un manejo probo de los bienes públicos, ya sea procedan de los contribuyentes, de préstamos o de ayudas de países amigos o de organismos internacionales, y de luchar en contra de la sempiterna corrupción, que tanto daño nos ha hecho a lo largo de la historia. El TSC ha señalado que, una vez estén los hospitales en el país, procederá con una auditoría, mientras el MP ya hace los suyo y el CNA recoge más documentación para sustentar sus denuncias.

    De todo esto, como decimos en el título de este editorial, se alimenta la desconfianza de los hondureños hacia las personas responsables de la gestión de la emergencia. Y, si bien es cierto, habrá voces cuyas motivaciones sean estrictamente políticas o sectarias, también hay otras, como las de las iglesias, que hacen un llamado a la reflexión para que la honradez, la transparencia, presida los actos de todos los que toman decisiones y, de esa manera, se recupere la confianza perdida.

    La falta de confianza resta legitimidad, obstaculiza los procesos de concertación y de búsqueda de consensos, por eso, en este momento crucial para nuestra querida Honduras, los que aquí vivimos pedimos que se actúe con rectitud de intención, que se abandonen los resabios del pasado y que, en un esfuerzo sincero y procedente de todos los sectores, volvamos a creer en los demás y recuperemos la confianza hacia los otros.