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Racismo, gran fisura

  • 05 junio 2020 /

    “Sigo con gran preocupación por los dolorosos disturbios sociales que están sucediendo… que siguen a la trágica muerte del señor George Floyd”, expresó el papa Francisco en la audiencia general del miércoles al dirigirse a un grupo de ciudadanos norteamericanos, ante quienes resaltó que “no podemos tolerar ni cerrar los ojos a cualquier tipo de racismo o exclusión y pretender que defendemos la sacralidad de todas las vidas humanas”.

    Pero también el Pontífice advirtió que la violencia es “autodestructiva”, nada se gana con ella y se pierde mucho. Estas palabras orientadoras están dirigidas a la protección y defensa de la vida humana, a la aplicación de la justicia sin sesgo, como se quiere dar en el caso que ha lanzado las multitudes a las calles y a marchar y levantar bandera en defensa de los derechos humanos, respeto a las minorías y lucha frontal contra la discriminación y el racismo.

    Numerosas son las expresiones de condena a la brutalidad policial y de solidaridad hacia las víctimas, muchas de ellas olvidadas o silenciadas en un ambiente, hoy sumamente hostil, xenófobo y racista que se ha enraizado en la población blanca y supremacista, hacia la que Trump elabora su agenda intolerante y dirige su discurso radicalizado con el objetivo que le proporciona la visión de la elección el próximo noviembre.

    En esta estrategia electoral vemos también el acercamiento del titular de la Casa Blanca en palabras y presencia hacia lugares religiosos como la propuesta, mandato en su ideología, para abrir los templos o mostrarse admirador cercano a creyentes con fotografías, instrumento manipulador de votantes.

    La explosión social, convocada en defensa de los derechos humanos y ciudadanos de grupos minoritarios, en sustancial crecimiento sobre una mayoría temerosa y en retroceso, no es causa, sino el efecto evidente en una sociedad a la que los sociólogos dan el calificativo de “frustrada”, puesto que la oleada de protestas, con orígenes distintos, conllevan un nivel alto de violencia con saqueo y vandalismo, pues quienes agitan las aguas del río con violencia o llamadas a la represión extienden una efectiva invitación a la nefasta acción de pescadores en río revuelto.

    Las tres grandes crisis del momento en Estados Unidos, sanitaria, desempleo y conflicto racial, no solucionado, al contrario, cada vez más radical, proporcionan un cóctel explosivo, cuya amenaza quizá se elimine con el resultado de las elecciones de noviembre, de lo contrario, el sistema será cruzado por una gran fisura, como la falla de la costa oeste.