La dramática necesidad se halla a flor de piel y tiene sus más claras expresiones en la mendicidad callejera y en las protestas exigiendo la apertura de las actividades laborales, pero también en el temor y la desconfianza, muy manipulables, de quienes, con el ingreso diario asegurado, pasan por alto el profundo deterioro en la vida de los hondureños.
La decisión exige prudencia, tacto, tino y coraje, comenzando por los empresarios con la implementación de medidas de bioseguridad y con los trabajadores, conductores de unidades del transporte público para aceptarlas y cumplirlas, no sea que se desate una mortal competencia y el valor de la vida quede sometido a las exigencias depredadoras de la producción y el mercado.
Hace unos días señalábamos el éxito de la fórmula Catracho y Maíz en el tratamiento de la enfermedad, lo cual ha sido aplicado en la industria de la maquila, con trabajo a baja intensidad, pero con la saludable experiencia de no haberse agravado ninguno de los empleados con inicios de COVID.
Aunque pueda causar confusión en el mundo de la ortografía, tan vapuleada y ultrajada en las redes sociales, desde el Cohep se apela, para recuperar la actividad económica a “Mais”, Mecanismo de Apertura Inteligente y Segura. Casi nada, toda una estrategia conducente al éxito en la integración al trabajo de los hondureños alejando los riesgos, siempre presente, de recaídas, más peligrosas y dolorosas que el primer golpe.
La economía se reactivaría el 1 de junio, pero con restricciones en la circulación, titulaba LA PRENSA el jueves, aunque el tiempo del verbo expresa una posibilidad, solo eso, confirmada por la fuente oficial. “No sabemos a ciencia cierta si va a ser el primero de junio, esa es nuestra meta, querer llegar a hacerlo”, en palabras del secretario de Trabajo.
Para el primero de junio solo falta dar vuelta a la hoja de calendario. La espera es hasta pasado mañana de manera que, en una apertura gradual, planificada no a la brava, comiencen a operar los centros de trabajo o lo que es lo mismo se abran las fuentes de ingresos para miles de familias bien con su micro o pequeña empresa, con su salario o con el ingreso por el servicio del transporte.
Proteger la vida y reactivar la economía es el fundamental binomio de trabajo inmediato de tal manera que recuperemos la tranquilidad, vuelva la confianza y se fortalezca la autoestima con el protagonismo en la familia, en el mundo laboral y en la sociedad.
