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Crisis y la Unah

  • 29 mayo 2020 /

    En silencio creativo y operativo se halla la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, lo cual no significa aislamiento, al contrario, a las tareas educativas dentro del programa de cada carrera y del período lectivo hay que sumar el aporte significativo para enfrentar la pandemia y contribuir a mitigar las secuelas internas en la máxima casa de estudios y en la población hondureña por medio de las actividades en los proyectos de vinculación.

    En entrevista exclusiva a LA PRENSA, el rector Francisco Herrera puso en perspectiva la actual crítica situación sanitaria, como profesional de la medicina, y el futuro inmediato de la máxima casa de estudios, cuyas actividades señaló que estarán marcadas por la pandemia hasta 2022. No será aquello de abrir las aulas y recibir a miles de jóvenes sin las medidas de bioseguridad, sino que habrá que combinar lo virtual y lo presencial.

    “La tecnología avanza, el aprendizaje también”, puerta abierta al aprovechamiento y valoración para reforzar “el desarrollo cognitivo”. El desafío pedagógico ha sido aceptado en estos últimos meses como la gran oportunidad, quizá desconcertante y fuente de ansiedad, pero que avanza y gana terreno con una repuesta positiva y mayoritaria en este primer período, calificado de histórico, condicionado por la pandemia.

    La contribución de la Unah en estos tiempos de crisis ha sido “activa y viva”, califica el rector, quien resaltó la habilitación de espacios para atender a los pacientes, activación de laboratorios para tratamiento de muestras y elaboración de equipo de bioseguridad. Significativa fue la actividad de Vinculación en la zona de influencia del Curla y Curno, con distribución de productos lácteos y carne a la población.

    Como en todas las actividades de la vida nacional, la docencia también es duramente golpeada por la pandemia, lo cual ha ido creando un ambiente de preocupación e inquietud entre los profesionales de la educación. La universidad no es excepción, y en los últimos días, con la aproximación de la matrícula para el segundo período, estimada a la baja, ha aflorado la posibilidad de la suspensión de profesores por horas condicionada al número de alumnos.

    “Esperamos la matrícula de este II PAC para que se tomen las determinaciones pertinentes en este tema”, en palabras del rector. Queda la puerta abierta, pero solo por aquello de que la esperanza es lo último que se pierde, “a la modalidad presencial cuando las condiciones lo permitan”. El reto está planteado, la misma casa de estudios lo ha aceptado, lo que debe dar auténtico y real significado a la “nueva normalidad”, cuya prioridad sea, definitivamente, la educación y la salud.