Puede que esto último haga recordar a algunos aquellos tiempos en que la palabra era suficiente. Posteriormente, un apretón de mano bastaba. Más tarde ya hubo que recurrir a aquello de que está escrito y esto no bastó, pues las interpretaciones de la ley y los nuevos instrumentos jurídicos fueron creando espacios convertidos en castillos medievales de altas torres, muros y aguas profundas a su alrededor.
Incomprensible desde la base de la sociedad el amurallamiento tras leyes para silenciar, mediante la ley penal, a quienes muestran hechos diarios, muchos de ellos sufridos, sentidos y conocidos por la población, a la que solo le falta la documentación, que es proporcionada por los medios de comunicación con la labor diaria de periodistas y comunicadores.
Y cómo querer tapar el sol con un dedo. La Asociación de Medios de Comunicación de Honduras en carta dirigida por su presidente Jorge Canahuati Larach al titular del Congreso Nacional, en respaldo al Colegio de Periodistas de Honduras, pide la derogación de los artículos que restringen la libertad de expresión y la labor periodística.
Pese al señalamiento de los derechos fundamentales contenidos en la Constitución de la República “en lo relativo con la libertad de expresión, de prensa y de opinión y el derecho al honor y la reputación”, la reacción, por el momento, en el Poder Legislativo ha mostrado la roca donde se estrella la justa petición del ámbito periodístico: “Hay mucho sesgo en esto, sobre todo de los que se sienten ofendidos”.
Faltan menos de dos meses para la entrada en vigencia del nuevo Código Penal. Por la víspera se sabe de la feria y la ausencia de consenso, por la negativa de los que se hallan con tembladera, señala que la derogación de un artículo no abre la posibilidad a un corte similar de los otros, en los que se criminaliza la labor periodística en nombre del honor. Honorabilidad, ¡qué lejos te va quedando…!