23/04/2024
09:20 PM

Primero lo que ya tenemos

  • 22 febrero 2020 /

La llegada de la época seca nos pone ante el incremento de casos de dengue clásico y grave

    San Pedro Sula, Honduras

    El Ejecutivo acaba de declarar estado de emergencia nacional en el sector salud, ha dotado a Copeco de 110 millones de lempiras y ha instruido a esa entidad gubernamental para que coordine las acciones necesarias de cara al alarmante aumento en los casos de dengue, y ante la amenaza que se cierne sobre el país y la región entera debido al mortal brote de coronavirus iniciado en China continental, pero que ya se ha extendido a más de treinta países.

    La decisión del Gobierno es, a todas luces, acertada. Sin embargo, aunque hay que mantener la vigilancia hacia el Covid-19 y tomar todas las precauciones necesarias para evitar su llegada y posible contagio, trabajemos primero con lo que ya tenemos.
    De nuevo, la llegada de la época seca nos pone ante el incremento de casos de dengue clásico y grave y ante las primeras muertes por su causa en los dos primeros meses del año.

    La verdad es que, a lo largo de todo el año, en una curva que asciende y desciende, el dengue continúa siendo uno de los problemas de salud pública que más afecta a Honduras, porque genera millonarias pérdidas a la industria y al comercio debido a la prolongada ausencia que obliga al que lo padece, así como al sistema público de salud, por el gasto en hospitalizaciones que a veces superan la capacidad instalada y obliga a realizar inversiones cuantiosas fuera de presupuesto.

    La problemática es de sobra conocida; el panorama que hace posible la proliferación del vector transmisor del dengue, zika y chikungkunya, también: aguas estancadas, suciedad, aguas limpias descubiertas y sin uso durante varios días, pilas que no se lavan con frecuencia, etc. En circunstancias como esas y sin que se vea un claro cambio de conducta al respecto entre la población, la situación irá a peor.

    Encima, la escasez de agua en la capital hace imposible el lavado frecuente de los depósitos en los que se almacena y menos el recambio del líquido vital. Habrá, pues, que ponernos creativos para buscar la mejor manera para destruir todo medio en el que pueda reproducirse el zancudo y así enfrentar este mal sanitario.

    El Estado solo algo podrá, pero la conducta responsable de la ciudadanía será la que hará posible una batalla frontal y con reales posibilidades de éxito frente al dengue.