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Buscando palabras

  • 19 septiembre 2019 /

    Por la víspera se conoce la fiesta, recuerda el dicho popular que podemos claramente aplicar a las conversaciones, no negociaciones, que sobre el tema migratorio llevan a cabo Honduras y Estados Unidos, en un nivel en el que algún iluso lo puede definir de “tú a tú”; pero en verdad nuestro país se halla entre la espada y la pared, pues cualquier movimiento de cabeza como signo negativo o duda es contestado con otra expresión popular, “sí o sí”, ya que echan mano a impuestos, en el caso de los países del Triángulo Norte, a las remesas o aranceles a productos contemplados en tratados comerciales.

    El que puede, puede, y así lo han dado a entender fuentes diplomáticas cercanas a las conversaciones que se han desarrollado en la capital norteamericana y esta semana en Tegucigalpa. Para el documento final se buscaron palabras que no asusten, eufemismos, con el contenido buscado, pero con sonido agradable en la búsqueda de evitar sanciones que afecten nuestra débil economía con impuestos o aranceles.

    “Honduras fue amenazada con aplicarle un impuesto del 10 y el 20% a las remesas familiares… aranceles a la industria de la maquila… reformar el Tratado de Libre Comercio…”. Como quien dice, la soga al cuello o la espada encima de la cabeza. La conflictividad irá en aumento a medida que se conozca el alcance del acuerdo de cooperación en materia de asilo.

    La amenaza va dirigida directamente a la yugular de nuestra economía a través de estas tres fuentes de ingresos de divisas, oportunidades de trabajo y estabilidad laboral, que, en definitiva, contribuyen a mitigar la pobreza y disminuir los altos índices de incertidumbre de las generaciones jóvenes sobre su futuro, que son unos de los motivos más fuertes para iniciar la ruta hacia el norte.

    Haciendo referencia a la víspera, anteriormente, primero Mexico, después Guatemala y El Salvador, nuestro país ha entrado en similar proceso en búsqueda de levantar el muro invisible a miles de migrantes cubanos, haitianos y africanos que entran a nuestro territorio para seguir rumbo al norte.

    La Cancillería ha confirmado el éxodo, las medidas que se han ido endureciendo en los últimos meses, las directrices actuales para continuar los esfuerzos y “con ayuda de Estados Unidos podemos hacer un esfuerzo más grande”.

    Hablar se habla, pero “por las buenas o por las malas”, con unas palabras u otras, la aplicación de restricciones migratorias va porque va…