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Sobran muchos

  • 19 marzo 2019 /

Los cambios nacen de las ideas que se consolidan en las negociaciones para lograr acuerdos no siempre en consenso para aplicarlos.

    Como dicen en la aldea “esto no se puede creer”, es la reacción más lógica de todos los hondureños a la propuesta que se maneja en el Instituto de Formación Profesional (Infop) para adecuar el personal a las necesidades, racionalizar el presupuesto y barrer la burocracia. Y es que no es para menos, ahora resulta que la salvación de la institución pasa por eliminar más de la mitad de su planilla. Un 60% del personal es candidato a recibir la nota de despido, respetando los derechos laborales y, hasta que no se pueda con esto último, la reducción seguirá en el papel, según las autoridades, con lo que la papa caliente pasa a Finanzas, donde se “habrán de poner claros” y disponer del “contante y sonante” para las prestaciones.

    Si para aliviar las finanzas del Infop y mejorar la educación y capacitación técnica de los miles de jóvenes es necesario prescindir de más de la mitad de la planilla, ¿cómo llegaron estas personas a los centros educativos, cuáles eran sus responsabilidades y qué “empuje” recibieron para que se les abrieran las puertas? En estos días de crisis, más de uno pensará que lo importante y necesario es dar soluciones. Lo hecho, hecho está, y hay que mirar el presente con visión de futuro, pero echar también la vista atrás para evitar tropezar en la misma piedra, pues gallina que come huevo aunque le quemen el pico, y en las instituciones públicas es infinita la nefasta experiencia que tenemos los hondureños.

    La reforma y ampliación de la academia con el respaldo de continuidad supervisada en los talleres pueden proporcionar oportunidades no solo para entrar en el ambiente de emprendedores y crear su propio centro de trabajo, sino combinar, quizá, ese trabajo con la integración en la educación superior en carreras afines a la especialidad iniciada en el Infop. El juego de palabras quedará plasmado, “bachiller técnico”, en el diploma de graduación, que abre la posibilidad de aspirar al título universitario.

    Los cambios nacen de las ideas que se consolidan en las negociaciones para lograr acuerdos no siempre en consenso para aplicarlos, lo cual, como en toda reforma, hallará opositores, algunos leales a sus principios; pero la mayoría en defensa de beneficios personales con perjuicios a la institución, tal como se deduce del porcentaje estimado en la reducción de la planilla, y así utilizar los recursos con eficiencia en bien de los educandos, de las empresas, cualificando la mano de obra y de la economía del país, que necesita mano de obra calificada para incrementar la productividad y aprovechar la tecnología en los centros de trabajo.