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Saber aprovechar el tiempo

  • 15 diciembre 2018 /

    Durante el mes de diciembre la mayoría de los niños y jóvenes de Honduras tienen por lo menos dos semanas de vacaciones y, durante ese tiempo, existe la posibilidad de que pierdan los buenos hábitos de trabajo que habían desarrollado a lo largo del año, como que sepan aprovecharlo para ser mejores personas para desarrollarse plenamente.

    Muchos padres de familia le tienen miedo a las vacaciones de los hijos. El último día del año escolar hay padres y madres que, con desconcierto, se preguntan qué harán con sus hijos o hijas durante las semanas que vienen; en qué van a emplear las horas y los días que tienen por delante.

    Los que cuentan con medios económicos acostumbran a inscribirlos en clases de fútbol, de karate, de pintura, etc., y así aprovechan el tiempo libre de los hijos para que desarrollen nuevas destrezas, modelen su personalidad y definan su perfil humano. Otros, tanto si tienen medios como si padecen carencias notables en este sentido, los dejan dormir más de la cuenta, permiten que malgasten días y noches enteros enganchados al internet y a la redes sociales, y facilitan la pérdida de aquellos buenos hábitos que los hacen mejores personas.

    Los padres y madres de familia deben poseer clara conciencia de que el tiempo libre no es un tiempo muerto o una especie de sala de espera que solo sirve para matar el tiempo. Los períodos de descanso son espacios en los que no solo se recuperan energías sino en los que se continúa el desarrollo y maduración de los hijos.

    Las vacaciones son, para el caso, el momento ideal para hacer deporte de manera sistemática, pero sin las presiones que el ambiente escolar plantea; son el momento para cultivar aficiones sanas y enriquecerse sin el estrés por cumplir con unos requerimientos que la educación formal exige. Cuando no hay un horario tan exigente y cuadriculado, se vale improvisar y ponernos creativos. También, es tiempo para el enriquecimiento cultural. Siempre hay un libro que leer o un sitio de interés que vale la pena visitar.

    Las vacaciones son, también, el momento propicio para conocer mejor a los hijos. No podemos ni debemos olvidar que no hay tarea más grande e importante que aquella que consiste en estar consciente de las necesidades y aspiraciones para poder orientar a los hijos.

    El tiempo es, por demás, un recurso siempre escaso y perderlo es penoso y lamentable. De nuevo, recordemos que un tiempo mal aprovechado es uno que nunca será recuperado.