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Comenzó el Mundial

  • 13 junio 2018 /

    Luego de una larga espera, agónica para los aficionados hondureños, comienza a rodar la bola en los distintos estadios de la Federación Rusa. Y aunque Honduras no logró clasificar en esta ocasión, el interés del mundo entero, y de los hondureños, por supuesto, se centrará, durante un mes, en la fiesta deportiva más importante del orbe.

    Definitivamente, el fútbol es el deporte preferido por las multitudes. Rarísimos son los países en los que no se considera el rey de todos ellos, porque, en la mayoría, despierta pasiones, mueve emociones y produce alegrías y sufrimientos a más no poder. Una bola rodando y veinte tipos tras ella, mientras otros dos cuidan celosos las porterías, captan la atención de tal manera que hacen que los problemas políticos o económicos pasen a segundo o tercer plano, y que lo único que importe sea el rumbo que tome cada partido, cuanto defiendan y ataquen los jugadores, cuanto ataje el portero y, al final, quien meta más goles.

    Lo cierto es que, en una realidad convulsa, como la que desafortunadamente estamos viviendo, el Mundial viene a ser un distractor positivo para aliviar las cargas y olvidar las penas. En él solo hay adversarios futbolísticos, no enemigos comerciales o políticos; en la cancha todos son iguales: iraníes, saudíes, españoles o alemanes. Y eso significa mucho para un mundo fraccionado y cada vez más enfrentado.

    También es cierto que el rendimiento en las oficinas públicas y privadas sufre cierto relajamiento y que habrá hogares en los que no faltará ocasión para el disenso entre los cónyuges. Pero el Mundial es cada cuatro años, así que ninguna empresa quebrará ni ningún hogar se romperá por el tiempo que se dedique a la pantalla o porque durante ese mes el tema más importante de conversación será, sin duda, el omnipresente fútbol.

    Para la Federación Rusa, en un momento histórico peculiar, será la oportunidad de mostrar al mundo su desarrollo tecnológico, su disciplina y capacidad organizativa. En 2014, Rusia tuvo la oportunidad de tener a Sochi como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno, pero la dimensión y difusión de un Mundial es mucho mayor y despierta mucho más interés; no hay que olvidar que, en 1980, los Juegos Olímpicos de Moscú fueron boicoteados por razones políticas, por los Estados Unidos, que no envió delegación en ninguna de las disciplinas, lo que restó brillo a esas olimpiadas. Ahora los rusos tienen la obligación de demostrar, su poderío y todo de lo que son capaces.

    Todos, pues, a disfrutar de la mayor fiesta deportiva que puede darse en el planeta: el Mundial de Fútbol Rusia 2018.