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El eco de todo

  • 25 mayo 2018 /

El periodista, centro de atención y de tentación por parte de la sociedad, enfrenta diariamente el desafío de los hechos.

    Un antes y un después, una luz que titila y un gran foco que deslumbra y arrebata, frecuentemente, la capacidad de reflexión, de valoración del presente y apreciación del futuro. Es el periodismo tecnológico, digital, definido por las herramientas y no por la solidez y veracidad del contenido. La polémica está servida y ya en el menú cotidiano, (fast news), abundan las “fakes news” porque la exigencia rígida e imprescindible de la verificación de la noticia se ha ido debilitando por la imposición de la instantaneidad, sin acotamientos ni márgenes.

    Es el cambio en los medios urgido por un mercado cada vez más entregado a las nuevas tecnologías que se crean cada mañana y al anochecer quedan obsoletas. En la restrospectiva desde la invención de la imprenta hasta dotarla de su gran avance técnico, la rotativa, transcurrieron tres siglos. Algo similar ocurrió con la publicación del primer periódico hasta la aparición del primer diario. Eran otros tiempos, otras gentes y otros aires. Hoy, en la aldea global de Marshall McLuhan, el ingenio y la inteligencia devoran el tiempo, pero también existe el riesgo que devoren a las personas, esclavas de la tecnología y de su mercado consumista que enreda a las jóvenes generaciones a quienes presenta otra escala de valores.

    Con plena entrega a la adaptación a los nuevos tiempos sin perder la propia naturaleza, el periodismo hondureño conmemora la jornada histórica en 1830 en que se inicia la era de las letras impresas en nuestro país con la publicación de La Gaceta, periódico oficial del Estado. Un siglo después fue rescatada la fecha y por Acuerdo Ejecutivo se estableció este día con dedicación para los profesionales del periodismo hoy en renuevo (multimedia) por las necesidades y exigencias de la comunicación.

    El periodista, centro de atención y de tentación por parte de la sociedad, enfrenta diariamente el desafío de los hechos, unos en agenda, otros previsibles y muchos impensables, pero a todos ellos tiene que dar respuesta en su creatividad personal, imparcial y utópicamente objetiva, la noticia, mientras capea, aleja y se pone a salvo de las presiones que de mil maneras penden sobre él. Como señala el Nobel Camilo José Cela en su dodecálogo: “Recordar en todo momento que el periodista no es el eje de nada sino el eco de todo”.

    El papa Francisco, en la Jornada Mundial de las comunicaciones, indicó pautas éticas al periodista: “Hostil a las falsedades, a eslóganes efectistas y a declaraciones altisonantes”. Periodismo de paz, pero no periodismo “buenista”, concluye el Pontífice. Felicidades periodistas.