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Oportunidad

  • 12 abril 2018 /

Parafraseando al hidalgo de La Mancha tendremos que decir, “con los políticos hemos topado”.

    En las crisis están las oportunidades señalan, acertadamente, los orientadores, cuya visión no queda aprisionada en el reducido y minúsculo ahora, sino que otea el horizonte desde el presente sin minusvalorar las dificultades, pues no se trata de maquillar obstáculos sino aceptar recurrentes problemas, cuyas soluciones quedaron en elocuentes discursos. Es el momento, por la urgente necesidad de Honduras y por la recuperación de la credibilidad y confianza de los hondureños en la clase política, de propuestas encaminadas a reformas legales que terminen con la crisis política y prevengan de las que están al acecho.

    Aunque la experiencia sobre las comisiones no es muy positiva, pues son calificadas como herramientas para dar tiempo al tiempo y abrir la puerta al olvido, el prediálogo se ha encauzado en el ámbito político con la participación plena y plural de todas las fuerzas integrantes del Poder Legislativo. La anunciada ausencia de algún grupo de diputados quedó desvirtuada tras la reunión del titular del Congreso Nacional con los jefes de bancadas y el posterior nombramiento de los miembros de las tres comisiones que con los sectores económico y social debatirán las reformas legales para presentarlas a la Cámara.

    El proceso ha dado un paso muy importante al concretar los asuntos sobre los cuales se debe trabajar con celeridad para que el paso de las legislaturas no llegue a la temporada proselitista de la campaña y entonces todo suene mucho más a votos y candidatos que a reformas efectivas como ha sucedido recientemente, Y si es cierto que los esfuerzos y las iniciativas deben encaminar a dar exigidas respuestas a los hondureños, debe ser una oportunidad también de los políticos para “lavarse la cara” y que la sociedad halle, en su actitud de reconciliación y unidad, la clave para recuperar la credibilidad en ellos, pues la solución final de los problemas está no en las leyes, que hay muchas, sino en las personas que deben cumplirlas y hacerlas cumplir.

    Parafraseando al hidalgo de La Mancha tendremos que decir, “con los políticos hemos topado”. Esto es, sin duda, el inmenso desafío, pero también la oportunidad de lograr las reformas que eliminen los frecuentes y numerosos tropiezos en la misma piedra. Hay disposición a juzgar por las intenciones de la mayoría, pero del dicho al hecho hay mucho trecho o para quienes sean alérgicos a las distancias habrá que advertir que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, las acciones habrán de ser portadoras de los cambios que tanto necesitamos.