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Arte de lo posible

  • 08 abril 2018 /

La reunión con diputados de las distintas fuerzas políticas amplió el espacio de la preparación del diálogo.

    En el campo del Derecho se conservan aún ciertos dichos que aunque hayan perdido valor continúan como hitos en la historia de la Ciencia Jurídica, estudio del ordenamiento jurídico y su aplicación en la sociedad. “Roma locuta, causa finita” que parecieran intentar recuperar los integrantes del prediálogo antes de tomar el toro por los cuernos. Demandar que los acuerdos lleven la marca de “vinculante”, como decreto, ley que surge de fuente ajena al ordenamiento jurídico es aberración y en términos jurídicos, inconstitucional.

    La reacción del titular del Legislativo, Mauricio Oliva, no deja espacio a la duda, lo cual ha sido interpretado como un paso más hacia el comienzo de la conversación formal, diálogo, para hallar soluciones a la confrontación política y así fortalecer y potenciar otros acercamientos para el análisis y propuestas de solución con grandes acuerdos en el ámbito de la salud y la educación, con acción contundente y constante contra la violencia e inseguridad.

    “Sería inconstitucional delegar las facultades y atribuciones legislativas que son exclusivas del Congreso a una mesa de diálogo”, advirtió el presidente del Congreso, quien identificó el debate y consenso de las bancadas como requisito indispensable para concretar en ley las iniciativas que se presenten. La reunión con diputados de las distintas fuerzas políticas amplió el espacio de la preparación del diálogo con la integración del poder político, y así elaborar la hoja de ruta para llegar al destino deseado y necesitado por la sociedad hondureña.

    En vista de la fuerza, condicionante según algunos, que va tomando la “obligatoriedad” de los posibles acuerdos, el presidente del Legislativo reiteró que la etapa previa a la instalación del diálogo “no va hacia ningún lado cuando usted oye voces que dicen que tiene forzosamente que ser vinculante lo que ahí se discuta para el Congreso Nacional”. No faltará quien quiera, desde el principio, ubicarse en el extremo para hacer malabares e, incluso, para otear el fracaso por cansancio o discrepancias insalvables.

    No es buen punto de partida. Pese a las diferencias, el sentido común y la experiencia histórica enseñan con sobrada autoridad, que hablando se entiende la gente y que la política es el arte de lo posible, principio atribuido a Aristóteles con el que hicieron causa común numerosas personalidades a lo largo de la historia, pero habrá que corregir: Transformar hoy los imposibles en posibles mañana de manera que mediante búsqueda de acuerdos se abra paso a un futuro mejor.