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Tarea compleja

  • 19 diciembre 2017 /

En la jornada electoral y en el larguísimo proceso electoral...

    San Pedro Sula, Honduras

    El proceso oficial largo, polémico y sumamente complejo por lo que rodeó el escrutinio, las impugnaciones y las notificaciones de los observadores, llegó a su final el domingo, en horas de la tarde, con la cadena nacional del magistrado presidente del Tribunal Supremo Electoral, David Matamoros Batson, donde dio a conocer, lo ya sabido, el ajustado margen de la victoria del candidato del Partido Nacional sobre el aspirante de la Alianza. El 42.95% y el 41.42% es la evidencia de la cercanía de ambos en el número de electores que favorecieron a cada uno.

    Es de agradecer por el significativo y exhaustivo acompañamiento de los observadores de la Organización de Estados Americanos, OEA, y de los miembros de la Misión de la Unión Europea, UE, quienes estuvieron en las preparaciones de las elecciones, en la jornada electoral y en el larguísimo proceso que condujo a la declaratoria oficial con el recuento, primero de más de más de mil actas y posteriormente con otras cercanas a las cinco mil cuya verificación siguió el proceso de la apertura de urna, identificación de documentos contenidos en ellas y el conteo de voto por voto para contrastarlo con el primer resultado proporcionado por el TSE.

    No hubo mayores diferencias, al contrario, la Misión de la UE reconoce que “las actas de la Alianza coinciden con las del Tribunal” en su informe del proceso en el que confirman que no existen inconsistencias entre las 14,000 actas que entregó la oposición y las publicadas en el sistema del TSE. Mejorar y mejorar el sistema es la recomendación que en los próximos días será entregada con el informe final. La OEA fue más a fondo y utilizó el calificativo de “baja calidad del proceso electoral” por la vulnerabilidad del sistema digital, cuya manipulación, sin embargo no se constató, señalaron en el informe.

    Más largo y complejo está siendo y continuará el problema social de la fractura en la sociedad, de posiciones radicales y de las escasas oportunidades, no porque no las haya, sino por las raíces del poder político, ganamos y ganamos, es la explicación de siempre. No somos capaces de integrar coaliciones para aunar en pro de objetivos nacionales la fuerza social, como aquellos países donde “cohabitan” oficialismo u oposiciones, anteriormente en Francia; negocian otros para poder con partidos afines e incluso opuestos formar gobierno y lo logran en pro de intereses comunes, Alemania. Estamos hablando de otra galaxia.

    Honduras necesita y los hondureños demandamos, entendimientos y aquel no tan lejano “no aceptaremos resultados” sea un exabrupto de campaña que no contribuya a seguir ampliando y rasgando el débil tejido social.