El desafío externo al proceso tradicional de votación, escrutinio, llenado de acta y su transmisión es un peligro latente en el que las autoridades del Tribunal Supremo Electoral han puesto mucho empeño, ya que aunque somos un país pequeño con escaso peso en la geopolítica, en el hemisferio y en la región, sí hay interés en los resultados, por lo que toda precaución será poco para aminorar o, mejor, eliminar los riesgos a fin de que la transparencia sea bandera que enfrente al ya inmenso reto de la tecnología y su utilización en cada segundo de la jornada electoral.
Tres acontecimientos de relevancia en la política internacional han tenido el golpe de quienes van marcando la confrontación silenciosa, cuyo resultado final es la victoria sin trincheras, desplazamientos, armamento ni soldados. Al descubierto quedó el cuartel o batallón, un edificio en San Petersburgo, Rusia, donde inicia la gran ofensiva mundial, sin necesidad de salir de la oficina. Es la denominada “granja de trolls”, trabajo permanente, las 24 horas del día, con cientos de redactores, cuya misión es lanzar informaciones falsas. Está el cuerpo de avanzada de aquellos que si en algún momento son denominados hackers, en el idioma español se recomienda usar cracker, ambos se mueven como pez en el agua, pero los segundos lo hacen con fines ilícitos.
El TSE ha respondido a estos temores, pues si lo hicieron en el Reino Unido, en la campaña norteamericana, en el conflicto catalán, pudieran algunos de los tentáculos intentar llegar al sistema de transmisión y divulgación de datos. Sin embargo, las autoridades electorales calificaron el sistema de muy avanzado con una capacidad tal que garantiza su blindaje no solo por los programas y la tecnología, sino porque son tres nuevas empresas, seleccionadas mediante concurso para la transmisión, una; para la divulgación, otra, y la tercera para la auditoría ágil y responsable de todo el proceso. Todo blindaje será poco, pues todavía permanecen resabios tradicionales, como la desconfianza y débil credibilidad, que algunos tratan de aprovechar como herramienta o recurso político y llevar agua a su molino.
A seis días de la jornada electoral, el desarrollo de la agenda, desde la central electoral, tiene un cumplimiento estricto; ahora ha pasado a nivel departamental con el almacenamiento del material electoral y su distribución para el domingo, cuando se abrirán las mesas de votación con todo el material listo; pero el éxito está en manos de los electores, de quienes integran el centro de votación, de vigilantes, observadores y de los garantes de la actividad en tolerancia, respeto, paz y plena libertad para elegir.
