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Calentando motores

  • 22 mayo 2017 /

Salvador Nasralla fue ungido el candidato, con el expresidente Manuel Zelaya como coordinador.

    Con los días contados para formar alianza, durante el fin de semana las declaraciones de algunos y acciones de otros van dejando claro el panorama con vista a la jornada electoral del último domingo de noviembre, aunque antes tendremos que aguantar, con alto grado de estoicismo la mayoría y en jolgorio otros muchos, el desarrollo de la campaña electoral que ojalá se centre en puntos concretos y claros de gobierno y no solo en la demagogia para enardecer los ánimos y a través de la persuasión lograr el voto, dejando en el olvido al elector el mismo domingo en horas de la noche.

    El aspirante liberal que ha sacudido al partido de las “milicias eternamente jóvenes ” fue claro en las declaraciones durante su participación en la juramentación de los consejos municipales como base para aglutinar a los liberales y crear las condiciones para “con alianza o sin alianza” ganar las elecciones. Tan seguro y fuerte se consideró que antes de conocer las decisiones de la oposición su decisión no dejaba dudas: “Luis Zelaya estará en la papeleta presidencial el 26 de noviembre próximo”.

    Del lado de la oposición se oficializó la información que se había conocido por medio de personas muy cercanas, el frente duro de Libre, a la dirigencia de la alianza. Salvador Nasralla fue ungido el candidato, con el expresidente Manuel Zelaya como coordinador. El desafío, protagonismo de la gesta más grande, habrá de concretarse a lo largo de estos meses, aunque su bandera es crear las bases y la fuerza suficiente de un gobierno, de los autocalificados “progresistas”, y así impedir el tercer triunfo consecutivo del Partido Nacional.

    Casi nada, pero la palestra irá dando los espacios necesarios y suficientes que no solo sean aprovechados por los candidatos, sino también los electores, la población, para el análisis y la reflexión, de manera que la boleta con las marcas se transforme en el voto producto de la reflexión, no de la emoción, de la conciencia, no de la tradición.

    La convención nacionalista también redactó este capítulo previo a la temporada electoral. Llamados a la unidad y al respaldo total a su candidato marcaron la agenda de la elección de las autoridades del Comité Central del Partido Nacional en un ambiente de euforia que llegó a poner la victoria al alcance de mano, pero falta camino aún y los candidatos habrán de llegar a ese gran número de hondureños indecisos, aquellos fuera del círculo de poder o ajenos a la militancia partidista. La participación masiva, la disminución de la abstención y la decisión ilustrada debieran fortalecer el progreso, la paz, la justicia y la convivencia armoniosa en nuestro país mediante unas elecciones ejemplares que marquen clara diferencia con otras del pasado.