La Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP) es un ente que nació muerto, ya que desde el principio las pruebas fueron manipuladas; los investigados, centenares de ellos, no pasaron los exámenes de confianza y siguen en la Policía, y en la investigación de sus bienes y acciones hay muchas maniobras irregulares.
En otras palabras, han llevado la soga a la casa del ahorcado porque sus directores pertenecen a la misma cúpula policial y así es harto difícil que haya resultados transparentes.
Mucha tela se ha cortado en el funcionamiento de la DIECP, al grado que hasta oficiales ascendidos fueron reprobados en las pruebas, ya que se comprobó que sus bienes no son acordes al salario que ganan. El propio director de la DIECP admite que el éxito de su tarea depende de otras instituciones. Mencionó que si los resultados “no han sido los esperados y si ha habido falencias no ha dependido en su totalidad de lo que nosotros hemos hecho o dejado de hacer.
“Cuando nos vamos a lo toral del asunto, a los procesos que la institución impulsó a partir de lo que la ley ya establece y lo que miramos que existe en la atención a los resultados; allí nos podemos dar cuenta que si el proceso aparentemente es fallido, también tendrán que dar razón suficiente las demás instancias que culminan este proceso”.
Sobre esa ruta expuso que corresponde a la Secretaría de Seguridad emitir una resolución administrativa final para dar por separado a un integrante de la Policía que no esté apto. “Hasta ahora no he visto esa apertura como para poder dar razón suficiente de lo que no se ha hecho”.
Hizo del conocimiento público que a pesar de algunos resultados de oficiales involucrados en actos reñidos con la ley, ellos fueron ascendidos al grado inmediato superior en diciembre del 2014.
