18/04/2024
01:06 PM

¿Es usted una persona interesante?

Emilio Santamaría

Mi padre murió hace ya veintidós años. Tenía casi 98. Y el recuerdo más claro que tengo de sus últimos días es su interés por lo que ocurría a su alrededor. En mis visitas a la Ciudad de México, donde vivía, me sentaba con él a platicar por horas. Me preguntaba sobre mis planes para el futuro, sobre los cambios que ocurrían en el mundo. Se interesaba en mis hijos y en lo que hacían, en lo que pasaba en Honduras, donde resido actualmente, y hasta en la posición en que quedaban los equipos del fútbol español, cada semana. Tenía, a su avanzada edad, pocos signos de senilidad, pensaba con una asombrosa claridad.

¿Un caso extraordinario? Permítame contarle entonces sobre monseñor Fulton J. Sheen, quien fuera arzobispo de Chicago. En una de sus charlas radiofónicas, mencionaba la encuesta realizada en 40,000 personas, que tenían más de 100 años. Seguían, contaba monseñor, una diversidad de dietas, algunos de ellos realizaban algún tipo de ejercicio en tanto que otros llavaban una vida realmente sedentaria. Pero el único denominador, la característica común entre ellos fue que se seguían interesando en la vida. Mantenían sus mentes ocupadas en aquello que los rodeaba. Reían y lloraban, decían tonterías, pero en lugar de lamentarse de que les quedara poco tiempo por vivir, disfrutaban cada momento y lo hacían valioso.

Ese interés por la vida fue el que lo mantuvo aceptablemente lúcido en sus últimos años a mi padre. Es el mismo que permite a esas 40,000 personas, dispersas por el mundo, alcanzar los 100 o más años de edad. Pero para los apáticos, los que no se interesan por nadie ni por nada, los que viven solamente pensando en sí mismos, ese interés les es totalmente ajeno. Y como decía el psicólogo vienes Alfred Adler, son quienes causan y se causan las mayores heridas emocionales en la vida. Dale Carnegie nos dice que si nos interesamos sinceramente por los demás, no solo viviremos probablemente más, sino que haremos también más felices esos años.

¿No tiene pues sentido, decidirse a crear y mantener ese interés en lo que nos rodea?

LO NEGATIVO: Vivir nuestra vida a medias, esperando a que los demás se interesen en nosotros.

LO POSITIVO: Hacer nuestra vida más interesante, y probablemente más larga, tomando la iniciativa al interesarnos en lo que nos rodea.