18/04/2024
06:14 AM

'Fui diestro, fui arrogante”

San Pedro Sula, Honduras.

“Los electrodomésticos y otro tipo de artículos estaban en los espacios donde se encuentran recluidos los integrantes de la Mara Salvatrucha”. Dice la ortografía de la lengua española que las normas de uso de las mayúsculas en cada idioma son convencionales, por lo que no son inamovibles y están sujetas a cambios y evolución. Para el caso, durante los siglos XVI y XVII era general el uso de mayúsculas en los días de la semana y los meses (algo que aún perdura en el inglés). Ahora (y siempre ha sido así) se hace obligatorio el empleo de la inicial mayúscula en los nombres propios de personas, animales o cosas: “Mi amigo Juan llegó a la fiesta”, “Ha muerto mi perro Negro”, “Se asegura que Vasco Núñez de Balboa descubrió el océano Pacífico”. Se ve que amigo, perro y océano son sustantivos comunes y deben ir con inicial minúscula, pero no sus nombres que los determinan como propios. Pero se está observando que los redactores periodísticos confunden común con propio; por ejemplo, escriben Mara 18, Pandilla Salvatrucha, Banda del Ojudo, sin recordar que mara (un coloquialismo muy local), banda, pandilla, son nombres comunes y que no forman parte en sí de la “identidad”, por lo que es necedad escribirlas con inicial mayúscula, el hacerlo significaría apologizar a tan dañinas “instituciones” del crimen.

Una amiga me ha dicho que soy arrogante, algo que en verdad me encantó que esa mujer me lo reconociera, pues me hizo recordar parte de un soneto: “Rompí, corté, abollé, y dije y hice/más que en el orbe caballero andante;/fui diestro, fui valiente, fui arrogante;/mil agravios vengué, cien mil deshice”. (Don Berlianís de Grecia a Don Quijote de la Mancha). No significa -en este caso- que este caballero fuera pedante, prepotente, al decir que “fui arrogante”, pues esta palabra también significa “valiente”. Siendo así, esa amiga no me injurió, no me denostó, ella me elogió. “La Corporación Municipal enfatizó en que es necesario hacer obras de infraestructura vial en la zona norte de la ciudad”, se anunciaba en un medio radial. Énfasis se refiere a la fuerza de expresión o de entonación con que se quiere realzar la importancia de lo que se dice o se lee: “Dictaba a sus alumnos poniendo énfasis en las palabras que llevan tilde”; también es la importancia que se da a algo en especial: “El Presidente puso énfasis en llegar a un acuerdo con los profesores”. Pero viciosamente énfasis se emplea como sinónimo de poner de relieve, hacer hincapié, recalcar (lo cual puede hacerse no necesariamente con énfasis), por lo que deberán evitarse expresiones como “El alcalde Calidonio enfatiza sus esfuerzos por hacer de San Pedro Sula una ciudad supermoderna” y mejor decir que “El alcalde Calidonio hará hincapié en sus esfuerzos por hacer de San Pedro Sula una ciudad supermoderna”.

Pero los tuertos no solo son en sinomimia, también abundan en sintaxis, como con ese problema de concordancia en casos como “Las Farc no firma el tratado de paz”, “Estados Unidos no están de acuerdo con las propuestas de Hamás”, o bien “Las Farc no firman el tratado de paz”, “Estados Unidos no está de acuerdo con las propuestas de Hamás”. Pero lo correcto son estas dos últimas formas. Otros ejemplos claros y correctos: “FF. AA. de Honduras está de acuerdo con el tratado” o “Las FF. AA. de Honduras están de acuerdo con el tratado”. Lo que define a estas unidades pluralizadas es la presencia o ausencia del artículo.