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'Epidemia” de contactos

  • 26 julio 2021 /

Una “epidemia” de casos de contacto por covid-19 en el Reino Unido golpea a los supermercados, el transporte e incluso la policía, amenazando con paralizar la actividad tras el levantamiento de las restricciones y aumentando la presión sobre el gobierno.

Agencia AFP

Una “epidemia” de casos de contacto por covid-19 en el Reino Unido golpea a los supermercados, el transporte e incluso la policía, amenazando con paralizar la actividad tras el levantamiento de las restricciones y aumentando la presión sobre el gobierno.

La federación de minoristas británicos instó al ejecutivo de Boris Johnson a flexibilizar las normas que imponen cuarentenas a los casos de contacto con personas infectadas por el coronavirus, afirmando que amenazan el abastecimiento de los supermercados. Es una epidemia dentro de la pandemia, apodada “pingdemic” por los británicos, en un juego de palabras entre “ping” (recibir una notificación) y “epidemic”.


El número de nuevos positivos en el país se ha disparado en las últimas semanas, rozando los 50,000 diarios, por lo que cientos de miles de casos de contacto se han visto obligados a aislarse, dejando sin efectivos a numerosos sectores económicos, desde el transporte hasta la distribución de alimentos. Solo en la semana que terminó el 14 de julio se enviaron más de 600,000 notificaciones llamando a hacer cuarentena.

El primer ministro y el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, están ambos en aislamiento por haber sido casos de contacto. El sábado, una línea del metro de Londres tuvo que interrumpir el tráfico por falta de personal. Algunos cuerpos de policía han advertido de que los tiempos de respuesta serán más largos, y, antes de la llegada de las vacaciones de verano, más de un millón de niños también han tenido que aislarse, obligando a sus padres a quedarse en casa. El Reino Unido, uno de los países europeos más castigados por la pandemia, con casi 129,000 muertes, se enfrenta a una nueva ola de casos debidos a la variante Delta del coronavirus, mucho más contagiosa que las precedentes.


No obstante, el ejecutivo de Boris Johnson levantó casi todas las restricciones sanitarias restantes en Inglaterra, abandonando incluso el distanciamiento social y el uso obligatorio de mascarillas en el interior, confiando en su avanzada campaña de vacunación que hasta ahora ha limitado el número de hospitalizaciones y muertes. La federación de minoristas British Retail Consortium denunció una situación “insostenible”. “Esta ‘pingdemia’ acentúa la presión sobre la capacidad de los minoristas para mantener los horarios de apertura y reabastecerse los comercios”, alertó su director Andrew Opie. “El gobierno debe actuar”, subrayó.

El CBI, la principal organización patronal británica, aseguró que las fábricas funcionan a pleno rendimiento, con la mayor producción desde 1995, pero que el número de trabajadores aislados amenazaba con ralentizar la actividad. Y pidió que se modifique la normativa para permitir que en su lugar se hagan más tests o una cuarentena más corta para el personal vacunado. El gobierno prometió eximir a ciertos trabajadores esenciales del requisito de respetar diez días de aislamiento, siempre que hayan recibido las dos dosis de la vacuna o den negativo a los tests de covid-19.