Llama la atención el poco eco que este mensaje ha tenido en los medios de comunicación local. Y cómo los feroces críticos de la Iglesia, acostumbrados a señalar en redes sociales el supuesto silencio cómplice de la jerarquía católica, han ignorado la claridad y la contundencia del mensaje del episcopado hondureño, quienes en pleno, y sin faltar ninguno, han firmado este mensaje.
A partir de hoy, en este espacio escrito abordaremos los cuatro puntos del comunicado, al mismo tiempo que invitamos a todos los ciudadanos a no ignorarlo, sino a leerlo, reflexionarlo e incluso debatirlo para suscitar así una rica retroalimentación que contribuya a la formación de mejor criterio cívico. El primer apartado se titula “Los electores”, en él los obispos afirman que:
1. Votar es un deber y que esto implica conocimiento de los candidatos, un ejercicio de discernimiento y una decisión personal.
2. Que a la hora de votar, el elector debe tener claridad en sus motivaciones, intereses, prioridades y principios para saber qué lo mueve a votar. La CEH ha sido clara al respecto, muchos pseudopolíticos aún subestiman el intelecto del ciudadano hondureño, insultan su capacidad de análisis, de decisión y confían en un voto de “estómago”, ya que, como recuerdan los señores obispos, algunos candidatos piensan “que en las próximas elecciones, la gente va a ir a votar por cuánto tiene en la bolsa”.
3. Por último se nos recuerda que elegir en conciencia es no votar por una falsa agenda política, que no responde a las necesidades reales de la población, y que vender el voto es vender la conciencia y la propia dignidad, que no solo comprometerá el futuro personal, sino el de la patria entera. Como Iglesia no podemos decirles a los ciudadanos qué hacer ni cómo hacerlo; pero el anuncio del Reino nos compromete a recordar a todos los hombres, más que a exigirles, que cada uno está llamado a actuar amando a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo, y esto incluye la vida política de la nación.