El efecto de este fenómeno solo aumenta con el tiempo, por lo cual es urgente actuar. El costo de remover obstáculos y usos acostumbrados crece. La alcaldía debe tomar posesión de todos los derechos de vía que no tengan mejoras y crear un plazo a los propietarios para desmontar las mismas en caso de que existan. Esto incluye quitar estacionamientos en estas áreas y alinear los postes de servicios públicos.
Existen todas las herramientas legales para agilizar la toma de posesión, pero no hay que despreciar el efecto que una vía más amplia tiene en la plusvalía y accesibilidad de los colindantes. Al pasar de cuatro a seis carriles y tener mayor capacidad de tráfico, la vía mejora las condiciones de negocios de forma significativa. En cualquier caso, es importante proceder a pavimentar apenas se tome posesión y que el espacio quede saneado de forma definitiva.
En caso de las arterias principales (Blvd. Morazán, Ave. La Paz, Blvd. Del Norte, etc.), deben ser cubiertas primero. No aplica únicamente el concepto para llegar a seis carriles, ya que el Blvd.
Fuerzas Armadas, Suyapa y Anillo Periférico (puede haya más) tienen el retiro para llegar a ocho carriles sin expropiaciones. Igualmente, vemos que las salidas de la ciudad se siguen llenando de estacionamientos y construcciones en los derechos de vía, por lo que también deben ser sujetas a una intervención. Se ve el ejemplo de la calle Berlín (en Las Lomas) y bulevar Los Próceres, donde hacer la ampliación logra buenos resultados viales sin afectar los intereses de los propietarios.