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Megaproyectos para 2021

  • 18 enero 2021 /

En Honduras se soñó con construir el barco más grande del mundo en la bahía de Trujillo, que sería una ciudad flotante que andaría por el mundo con la bandera de Honduras, idea de un multimillonario norteamericano que quería inmortalizar su nombre con el Freedomship, pero que como todo sueño se terminó.

Noé Vega

En Honduras se soñó con construir el barco más grande del mundo en la bahía de Trujillo, que sería una ciudad flotante que andaría por el mundo con la bandera de Honduras, idea de un multimillonario norteamericano que quería inmortalizar su nombre con el Freedomship, pero que como todo sueño se terminó. También hemos soñado que construimos un ferrocarril transoceánico y que se convierte en un boom para el comercio y la industria, pero solo es otro sueño truncado.


Los anteriores son sueños bastante bonitos que hemos tenido como nación, pero que nunca revistieron una importancia capital y un sentido de urgencia como hoy lo son las represas para contener las inundaciones en el valle de Sula. O será que después de la tormenta viene la calma y como todo en Honduras, después de que se comiencen a sanar las heridas por las inundaciones, el tema de las represas quedará como un bonito sueño, un gran proyecto que no se concretó.


Lo más probable que continuará es que se aprobará una ley especial para la construcción de las represas, que engalanada con bonitos considerandos levantará los ánimos de los hondureños, para quedar en el archivo del olvido que pocas veces encuentran padrinos que las lleven a la práctica. La equidistancia entre los bonitos sueños y la realidad es enorme, Honduras debe dejar de soñar para poner los pies sobre la tierra y darnos cuenta que las inundaciones no solo golpean la agricultura y lanzan a los ciudadanos a los bulevares, sino que también afecta el turismo y la salud, es un tema que debemos abordar como nación y no como región, pues sus efectos se sienten en todo el país, sobre todo tratándose de la zona más productiva de Honduras.


Las formas para poder construir estos megaproyectos son variadas, ya tenemos la experiencia de las alianzas público privadas y el desastre de la EEH, así que debemos aprender de semejantes yerros, para no ir a cometer los mismos errores con el tema de las represas, pero también tenemos a Siglo XXI como un ejemplo de inversión privada que ha dado resultados, que ha mejorado la infraestructura vial de San Pedro Sula, y cuyos pagos ciudadanos se sienten bien retribuidos.


Será una coinversión, será una alianza público privada no lo sabemos, pero de lo que sí tenemos certeza es que estos megaproyectos deben pasar del papel a la realidad, Honduras no puede seguir a merced de todos estos fenómenos climáticos que borran en una semana los logros sociales y económicos de toda una década. Ya nos olvidamos del Freedomship y del tren transatlántico, pero de las represas para el valle de Sula, no podemos olvidarnos, toca a los empresarios, a los ciudadanos formar un frente común que mantenga en agenda este tema, pero más allá, que presione a nuestros gobernantes para que la respuesta que Honduras de a estos dos huracanes que nos han dejado tan mal heridos, sea tan contundente como los daños provocados.