18/04/2024
03:25 PM

¡Qué amable es la soledad!

Mimí Nasthas de Panayotti

Acabamos de tener un retiro de Talleres de Oración y Vida y en la primera noche al quedarnos en silencio y en soledad, yo experimenté lo que ya otras veces he vivido, en mi soledad y en silencio alimento mi yo interior que se enriquece de mi ser, de mi esencia. En la soledad hay ratos de intimidad, de presencia divina, de alegría inmensa, de gozo infinito, de vivencias únicas, incomparables, que me aíslan completamente del mundo, del tiempo y de las necesidades físicas.

Muchas veces nos sentimos solos en compañía de un grupo grande o de pocas personas y otras veces nos sentimos llenos cuando estamos solos. En el mundo actual es muy difícil experimentar ese silencio y esa soledad por los muchos ruidos exteriores y por la mentalidad bulliciosa que rodea nuestros ambientes. Y lo que es peor, es que se da por hecho que la soledad es un significado de tristeza, desamor o desequilibro. Más bien, estar solo y sentirse solo es uno de los grandes valores que posee el alma humana y uno de los mayores privilegios para encontrar respuestas a nuestras constantes preguntas. Si la soledad, dice M. Ortega, permite poner de manifiesto la necesidad de afecto, tanto de que me lo den como de darlo, no sera entonces soledad angustiosa, sino sabrosa y benéfica para cada uno. En este año pasado durante la pandemia hemos tenido tiempo suficiente a solas para experimentar el gozo de la soledad y disfrutar sus efectos vivificantes. La soledad, en todo caso, es deseada o necesaria. Nadie ni nada pueden ocupar el hueco de mi soledad. Es propiedad privada de mi mente: me pertenece y me reconforta. Más aún: descubro mi madurez a través de ella, porque no dependo del criterio de otra persona.

Sin silencio y sin soledad no pudimos haber tenido todos los frutos que recibimos en el retiro. Para terminar, escribo este corto poema de Primitivo Oliva acerca de la soledad: ¡Qué amable es la soledad cuando el silencio es sonoro y ello te invita a soñar que estáis en sus brazos, solos, tu amor, tú y la eternidad!