19/04/2024
12:32 AM

Mensaje de adviento

Mimí Nasthas de Panayotti

En adviento nos preparamos para la venida de Jesús, para seguirle, para seguir al amor, para corresponderle cuando nos invita a ser discípulos suyos, cuando nos llama por nuestro nombre, cuando realizamos que somos importantes para Él. El adviento es el preámbulo de la Navidad que es una época extraordinaria, un tiempo de paz y alegría, cuando todos tratan de ser un poco más amables y más generosos.


Hay tres personas de aquella época del evangelio que revelan cada uno un aspecto distinto del discipulado y presentan un ángulo diferente del amor de Dios para su pueblo: José, el padre adoptivo, María la madre de Jesús y Juan el Bautista. Los tres vivieron el mandato de Cristo, estuvieron sujetos a la obediencia inmediata sin titubear y fueron sumisos a la voluntad del Padre.


Para empezar a vivir este adviento con la gracia del Espíritu Santo, hemos de cambiar aspectos negativos de nuestra vida que no contribuyen para mejorar nuestra vida cristiana, nuestra madurez espiritual: ¿Estamos dedicando suficiente tiempo al trato con el Padre? ¿Cómo está nuestra dedicación a la oración, escucha, meditación, estudio de la Palabra, sacramentos? ¿Considera usted que es suficiente? ¿Cree usted que tiene una buena comunicación con Dios?


Y con los parientes, ¿Cómo atiende su esposa (o), hijos, padres, hermanos? ¿Está tratándolos con mayor afecto y muestras de cariño de lo que generalmente hace? ¿Existe mayor comprensión entre esposos? ¿Hay menos pleitos entres padres e hijos? ¿Se han acordado de los ancianos, los olvidados de la familia, los pobres, los marginados?


¿Cómo están las otras virtudes en su vida, honestidad, veracidad, puntualidad, compasión, generosidad, servicio, tolerancia, etc.? No rechacemos en este tiempo especial de Adviento y Navidad, en este tiempo de seguir al amor, la oportunidad de demostrarle a …Él como lo amamos, preocupándonos lo más que podamos y hasta que duela de los pobres, marginados y olvidados...


En este tiempo de pandemia y huracanes especialmente, vivamos desde ya el espíritu de adviento... Eclesalia.