19/04/2024
06:24 AM

¡Trump, estás despedido!

Juan Ramón Martínez

Como anticipamos, Trump perdió el referéndum. Por abrumadora mayoría, los electores dijeron que no a su estilo provocador y polarizado de gobernar. Poniendo fin, inicialmente, a un proceso de debilitamiento de la democracia estadounidense. Pero con todo y la derrota – que ha llenado de esperanza a más de la mitad de los estadounidenses y a casi todo el mundo, con la excepción de los norcoreanos, probablemente – no deja de llamar la atención la resistencia electoral que mostró; el alto nivel de apoyo conseguido pese a sus comprobados errores en el manejo del Gobierno de los Estados Unidos, y su capacidad de liderar el resentimiento que ha incubado en aquel país, la globalización, la tecnificación, la baja escolaridad universitaria y el desempleo entre la población rural. Logró, no solo mantener el electorado con el que ganó las elecciones, sino que, además, lo aumentó.

Por lo que, no podemos decir, por más que lo deseemos, que la pesadilla terminó y que el 20 de enero, una vez que Joe Baiden sea juramentado como presidente de Estados Unidos. Aunque los 70 millones de votos que le votaron no son totalmente suyos, y en consecuencia no podrá usarlos para alterar la paz de los Estados Unidos, una enorme proporción de estos electores le seguirán siendo fieles, incluso cuando haga nuevas tonterías y se exponga al ridículo que se origina en su incapacidad de perder elecciones y de fracasar en sus intentos.
Aunque seguirá amenazando la institucionalidad – cuya fortaleza resistió a un hombre incontrolable como Trump – el que después del próximo 20 de enero será despedido, y quedará sin empleo, no contará con todo el respaldo del Partido Republicano que, a estas alturas, sabe que Trump no es correligionario suyo, porque en su egolatría, que no puede ser demócrata o republicano, porque la única postura ideológica suya es el trumpismo, exhibicionista, narcisista, amenazante y provocador.

Este inevitable distanciamiento hará mucho daño a Trump y les permitirá a los republicanos enfrentar a Biden, que no las tiene todas consigo, reacomodarse frente a los hechos consumados y desde el Senado, que controlarán con Mcconell El Destripador, obligará a Biden a seguir el paso que ellos quieren imponerla a la reconstrucción que los demócratas intentarán para, sobre los descombros del “huracán” Trump, devolverle a los Estados Unidos la fuerza y el liderazgo que ha perdido.

Fuera de esta visión de largo plazo, Trump tiene tres meses como gobernante, en que puede hacerle daño a su país. Ha empezado por no reconocer los resultados, convirtiéndose en el primer presidente que pone en duda el sistema electoral, base de la legalidad en la que se asienta la fornida institucionalidad de los Estados Unidos. Aunque no tendrá éxito, hará mucho ruido y buscará ser el centro de la atención, por lo que no hay que descartar que continuará provocando a China, poniendo en duda los valores del multilateralismo y el liderazgo de su país para mantener la dirección de occidente y que incluso puede usar a Corea del Norte para que dispare cohetes de mala dirección en contra de Japón y Corea del Sur. Y que, en términos comerciales, buscará la fórmula para destruir todo lo que quede de los acuerdos logrados hasta ahora.

Sin embargo, hay una realidad. Se ha quedado sin trabajo. Igual que como trataba a los participantes en El aprendiz—el reality show que lo hizo popular – diciéndoles que se habían quedado desempleados y que debían considerarse despedidos el 21 de enero del próximo año, se convertirá en un desempleado al que le perseguirán los acreedores. Y el Tesoro de USA, cobrándole los impuestos impagados.