20/04/2024
01:38 AM

Engañados y estafados

Cuando creímos que habíamos visto todo acto de corrupción posible...

Sergio Banegas

Cuando creímos que habíamos visto todo acto de corrupción posible, el Estado fallido nos sorprende volviendo a superarse a sí mismo. Una vez más entre tantas veces, el pueblo es engañado y estafado en sus recursos.

Lo más indignante de ello es que se hace sin ningún tipo de empacho, aprovechando la mayor crisis sanitaria de la historia moderna y que ya desbordó al débil y corrupto sistema de salud de nuestro país. Se ha informado por investigaciones de Diario La Prensa que no existe ninguna empresa en Turquía que se encuentre construyendo al momento algún tipo de instalación sanitaria. Dicho sea de paso, no son hospitales los que han venido, sino salas de triaje, y por si fuera poco incompletos y con menaje en mal estado.

Así que el engaño y perjuicio de parte de las autoridades a las arcas nacionales es pavorosa, no hay misericordia, no hay amor por la patria ni por sus ciudadanos, todo el interés es el enriquecimiento personal a costas de los recursos del pueblo.


Y por supuesto que no somos párvulos para creer la historia fantasiosa de que los únicos aparentemente involucrados en tal latrocinio solo son hipotéticamente los ejecutivos de Investh, no, señores, nada se hace sin la aprobación, contubernio y tajada destinada a los más grandes. Unos son sardinas; los otros son los verdaderos tiburones.
Es realmente denigrante observar cómo hasta son capaces de manipular datos y estadísticas cuando aducen que el porcentaje de contagios está disminuyendo, todo con el malévolo plan de justificar la nueva apertura de la industria, que está hambrienta de recursos, soslayando la integridad sanitaria de la clase obrera. Al fin de cuentas, si hoy fallece un empleado, mañana mismo otro ocupará su lugar, así de sencillo y así de doloroso. Esta pandemia va para largo, aún estamos muy lejos de aplanar la curva de contagios, de igual manera el pico de la curva de la corrupción llega al infinito en una debilísima institucionalidad como la nuestra.