18/04/2024
08:00 PM

¿Qué hay en la adversidad?

Emilio Santamaría

Hay una pequeña ciudad alemana, cuyo nombre no he podido ubicar, que en una de sus plazas tiene una estatua de Cristo muy especial. Lo que hace tan especial esta estatua es que durante un intenso bombardeo de la Segunda Guerra Mundial le fueron destruidas las dos manos. Por supuesto sus habitantes pudieron restaurar las manos perdidas hace décadas, pero no lo hicieron. Y no lo hicieron porque aprendieron una lección extraordinaria. Pusieron una placa bajo la estatua: “Cristo no tiene más manos que las tuyas”.

¿Podremos usted y yo aprender la lección que se esconde en cada aparente calamidad? Por supuesto hay que ver más allá de lo obvio para descubrirlo, como lo hicieron los habitantes de esa ciudad alemana.

¿Otro ejemplo? Imagine usted a un escritor que tiene una hermosa biblioteca, unos archivos llenos de investigaciones y el manuscrito prácticamente terminado de su último libro. De pronto un pavoroso incendio se desata en la localidad. Es el 20 de octubre de 1991 y el fuego en diez horas arrasa una casa cada 11 segundos hasta devastar una buena parte de Oakland, California. Y este hombre ve cómo todo el trabajo de tantos años se hace literalmente humo y cenizas.

Claro que quedó deshecho por un tiempo. Hasta que se percató que tenía algo que el incendio no había podido arrebatarle, su capacidad de trabajo. Todo lo que había aprendido con esa tremenda experiencia deseaba comunicarlo. Decidió no perder tiempo lamentando el desastre, y empezó de inmediato a escribir. Descubrió que veía el mundo desde una perspectiva completamente diferente y que sintonizaba magníficamente con un nuevo tipo de lectores.

Por supuesto no es fácil tener esta actitud. Pero es la que en última instancia nos sacará adelante. Por alguna razón que no comprendemos, Dios no nos permite regresar al pasado y prevenir que no nos ocurra algo indeseable. Pero nos permite sacar una lección de ello, enfocando nuestro futuro constructivamente.

LO NEGATIVO: No aprender de lo que ocurre, y gastar el tiempo lamentándonos.

LO POSITIVO: Comprender que “toda adversidad trae en su seno un beneficio equivalente o mayor”.