24/04/2024
10:45 PM

Solidaridad y felicidad

En los últimos días, Honduras ha sufrido cambios en las diversas facetas de su vida, pasando de lo ordinario a situaciones excepcionales. La crisis generada por la pandemia del Covid-19 plantea verdaderos desafíos y retos difíciles de afrontar, dejando expuesto así el sufrimiento humano experimentado a todo nivel. Pasamos por un momento de carencias: alimentos, bienes, recursos y estabilidad emocional, realidades que no dejan a nadie indiferente y deben conmover el interior para buscar una respuesta que desemboque en decisiones y acciones.

La solidaridad puede ser definida como un sentimiento que brota del corazón y confluye en una actitud. La misma palabra procedente de la lengua latina “soliditas” evoca la unidad, el mantenerse compactados, y en esa convivencia conservar la solidez contra el golpe de algo; es mantenerse sólidos para no ser pulverizados. Es decir, que no se queda en buenas intenciones, sino que desemboca en la disposición de ayudar, salir y apoyar para asegurar nuestra supervivencia. Las condiciones actuales deben provocar en las personas una actitud de unidad y acciones concretas de solidaridad. En consecuencia, el trabajo debe reinterpretarse desde el servicio, y este, consagrado por ideales supremos como el bienestar de los demás, desatando así una auténtica revolución en nuestra escala de valores, porque lo que estamos viviendo ha venido a cambiar el orden de las cosas. Sabemos que el hombre se resiste a desaparecer y se revela contra esos límites, buscando una solución, por eso el gesto de dar es cooperar por la continuidad de la valiosa vida humana (la de todos) y, al mismo tiempo, el sentimiento, y actitud de la solidaridad, se transforma en camino de felicidad, pues la vida de quien es solidario cobra un sentido más alto no solo para el que la practica, sino para la sociedad que se beneficia. Cada habilidad, técnica y saber contribuyen gratuitamente por un mañana mejor, y así el ser y el hacer alcanzan armonía, ayudándonos en medio de las circunstancias aparentemente desastrosas a sentirnos y ser paradójicamente felices.