La meta de él era hacer que las personas mantuvieran su sonrisa cuando entraran al parque e igual cuando salieran. Por medio de sus valores bien establecidos, ellos priorizaron y dijeron que lo primero es la seguridad, la amabilidad, el espectáculo y la eficiencia. “Sirven primero y dirigen después”: Robert K. Greenleaf. Podemos servir, si nos unimos logramos una mejor nación.
Ellos marcan la diferencia, saben escuchar, es decir, prestan atención a la voz interior de su conciencia y son sensibles. Generan empatía, fortalecen relaciones, aunque confrontan con la realidad misma; pero su corazón es desear el bien común, se caracterizan por su poder de recuperación en relaciones, un factor poderoso en transformación e integración, y ayudan a aquellas personas que tienen el ánimo quebrantado por la infinidad de daños físicos y emocionales.
Con su servicio ayudan a entender los principios de la ética, el poder y los valores. Son líderes que gozan de su serenidad interior, son líderes serviciales que marcan la diferencia, usan su autoridad y servicio para establecer el orden, justicia y equidad. Gracias a que me ha permitido conocer líderes en nuestra nación con esos atributos en el Gobierno, empresarios, líderes espirituales y sociedad oramos por ellos para que Dios les dé sabiduría, entendimiento, gracia y favor divino. “Porque ¿cuál es el mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Más yo estoy entre vosotros como el que sirve. Lucas 22:27. RVR60. La grandeza está en servir.