19/04/2024
04:02 PM

Recato y mesura

Francisco Gómez Villela

Recuerdo que en mi etapa de formación nuestros mayores nos decían que no tener recato en el contexto social era no tener pudor o vergüenza.

En la actualidad es común que personalidades famosas, deportistas de élite, actores y personajes del entretenimiento se consideren en la obligación de exteriorizar sus intimidades en los medios y redes sociales. No solo se trata de qué visten, dónde vacacionan, qué y dónde comen, quiénes son sus allegados, cuáles son sus affaires o si cambiaron sus preferencias sexuales. Se trata que se sienten en la obligación de informar acerca de sus vidas y formas de pensamiento. Como si la nuestra dependiera de ello.

Es entendible que todo lo que atañe a las figuras del espectáculo es noticia y vende, de allí la gran cantidad de información de ellos que se publica.

Pero hay que estar claros que no a todas las personas les gusta o interesa. Es más, a muchas personas les causa desagrado este tipo de información tan superficial y de mal gusto.

Porque así como algunos consideran su derecho el publicitar las intimidades de sus vidas, los demás también tienen derechos que al no estar de acuerdo con sus ideas, se les ven violentados cuando se publican.

Los medios deben de asumir su papel de moduladores y dejar de favorecer estas formas de vida alejadas de la virtud, ya que al publicitarlas solo sirven para deformar más la estructura del pensamiento de esta juventud tan errática actual.

Estas conductas tan modernas han sido propias de países desarrollados. Pero como sucede en otros aspectos de nuestra sociedad seguimos adoptando formas de cultura de otras latitudes para semejarnos a ellos.

Las personas de medios y del espectáculo de nuestro país no deberían caer en la trampa del protagonismo. Esa que les hace perder el decoro y la vergüenza. Hay situaciones privadas que no deberían ser públicas.

Y cuando piensen en publicar algo personal recuerden que tienen padres, hermanos, hijos, y ellos se verán afectados por sus actos.

Exaltar egos, tatuajes, romances, deslices amorosos, escándalos, líos, preferencias sexuales de los “famosos” de la farándula nacional o internacional no es culturizar. Nuestros jóvenes necesitan otros valores. Necesitan aspirar a mejores formas de vida. Necesitan mesura, no excesos. Estabilidad no confusión.Ubiquémonos por favor.