19/04/2024
06:17 PM

Propuesta del Cohep

Los mecanismos de negociación, en que en procura del bien general se cede y se pacta, constituyen el eje del éxito o el fracaso de una entidad social.

Juan Ramón Martínez

Ninguno de los grupos que integran la sociedad carecen de intereses particulares, los que por momentos coinciden o conviven con la sociedad general; pero que en otros son contradictorios con la finalidad colectiva o con el bien común.

Los mecanismos de negociación, en que en procura del bien general se cede y se pacta, constituyen el eje del éxito o el fracaso de una entidad social. Harari en “Homo sapiens” afirma que el éxito de esta especie con respecto a las demás radicó en que podía manejarse en grupos mayores de cien miembros y que tenía disposición para la cooperación de unos con respecto a los demás.

Estas frases son oportunas ante el planteamiento hecho por el Cohep, en el que, además de criticar algunas circunstancias de la sociedad, del Gobierno y los partidos políticos, propone alternativas que no solo son oportunas, sino que de urgente aplicación. Coincidimos con la cúpula empresarial en que el conflicto político ha llegado demasiado lejos y durado más tiempo que el que la sociedad puede soportar, gastando sus economías básicas. Como ese momento ha llegado, es la hora de hacer un alto en la confrontación partidaria, permitiendo que las leyes de la economía funcionen sin obstáculos para permitir la generación de la riqueza, el bienestar de la clase trabajadora, facilitándole a Honduras una presencia decorosa en el comercio mundial y en el escenario de las relaciones internacionales.

Lo de disminución de la inversión público-privada, tanto nacional como internacional, por la inseguridad jurídica y política que priva en el país, muestra que estamos a las puertas de una recesión que puede coincidir con la recesión mundial que se anuncia por las políticas antiglobalización de los Estados Unidos y su guerra comercial con China.

En lo que no estamos de acuerdo, como insinúa el documento y creen algunos empresarios, es que para que estas recomendaciones sean aplicadas sea necesario otra vez un diálogo, que no es otra cosa que simple pérdida de tiempo. Lo que se tiene que hacer, por la urgencia del caso, es que cada grupo de interés, consciente del peligro que corre el conjunto nacional, se autolimite. Y que sea el Gobierno el que dé el ejemplo, revisando sus gastos, sus responsabilidades y la eficiencia de sus titulares.

Para desde allí, dentro de una clara política económica, les ofrezca a los empresarios una alternativa en que, a cambio de mayor contribución al bien común, se reduzca la presión tributaria. Ambas instancias deben mejorar el salario mínimo antes de la fecha convenida para que la economía reciba una inyección monetaria que permita el aumento de la capacidad de compra de los sectores menos favorecidos.

Los políticos deben llamarse al silencio, dedicándose a la organización de sus bases, absteniéndose de participar en actividades partidarias no autorizadas por la ley, de forma que el Gobierno actual pueda concluir con su período y le dé paso al que surja de las elecciones generales de noviembre de 2021. Fácil, ¿verdad? Solo ha faltado voluntad y compromiso, sacrificándonos todos, en favor de la tranquilidad de Honduras y el bienestar de los hondureños.