24/04/2024
07:56 AM

La leche derramada

No sabemos lo que puede pasar en el Sínodo de la Amazonía. Tras la etapa llamada de “círculos menores”, donde en grupos lingüísticos se van elaborando las proposiciones, ahora se tendrán que estudiar estas, para hacer un borrador con ellas, antes de ser sometidas a nuevas revisiones y por último a las votaciones. En los últimos sínodos esto se ha llevado en secreto y en este las filtraciones son muy pocas.

Por decisión del Papa, conocida a través de su portavoz, las intervenciones del pontífice también son secretas. Lo poco que se sabe es que el santo padre pone cara de disgusto antes algunas intervenciones radicales y que habría expresado su malestar lamentando que muchos sinodales hubieran llegado con el propósito de establecer cambios que supusieran una ruptura con la tradición, es decir, con el propósito de aprobar el sacerdocio de los casados y el diaconado femenino como paso hacia el sacerdocio y el episcopado. Estos cambios son, según parece, el sentir mayoritario de la asamblea. “No tenemos que cambiar cosas y no tenemos que crear otras estructuras”, dijo el santo padre.

Los grandes pesos pesados de la curia han intervenido con tono muy moderado, incluso conservador. El cardenal Stella, prefecto de la Congregación para el Clero y que pasa por ser uno de los más próximos al pontífice, dijo que un tema como el de los curas casados no podía debatirse en un sínodo que afecta sólo a una parte de la Iglesia y propuso estudiarlo en un sínodo que estuviese representada la Iglesia entera, con mayor participación de obispos que no desean introducir ese tipo de sacerdotes.

Ante esto, y a la espera de lo que suceda esta semana, la última del sínodo, creo que hay que recordar que este, como cualquier otro, es solo consultivo y que lo que se apruebe no tiene fuerza de ley ni valor magisterial.