El primero es la difusión de la democracia. El mundo sigue evolucionando sobre la llamada tercera ola de democratización, que ha visto colapsar a la mayoría de las dictaduras, reemplazadas por democracias con diferentes grados de estabilidad y participación popular.
El segundo elemento, igualmente importante y hasta cierto punto interdependiente, es el final de la Guerra Fría. Con el fin de la Guerra Fría, la racionalidad anterior de seguridad, específicamente en cuanto al tamaño e importancia central de las fuerzas armadas, desaparece.
El tercer y último elemento del contexto contemporáneo es la lucha internacional en busca de nuevas relaciones y nuevas formas de influencia en esa era democratizadora post Guerra Fría y este mundo cada vez más globalizado.
En suma, el contexto político global, regional y en muchos casos nacional, caracterizado por la democratización, el fin de la Guerra Fría y la globalización es hoy radicalmente diferente de lo que era hace apenas una década.
Las nuevas democracias han creado o recreado los ministerios de defensa bajo control civil formal por dos razones principales: primero, están siguiendo el ejemplo de otras democracias más estables, en las cuales los civiles ejercen control sobre las fuerzas armadas y, al mismo tiempo, maximizan la eficacia y eficiencia militar en el uso de los recursos.